Violencia en los institutos, un reclamo cultural
Un retrato terrorífico, pero real, por medio de la obra de Stephen King
A principios de junio llegaba a las salas de cine The Boogeyman, un nuevo título que adapta una obra original del maestro del terror Stephen King. Se trata de la enésima historia sobrenatural con elementos muy reconocibles del universo particular del escritor. En ella, Sadie Harper, una típica adolescente norteamericana de instituto, y su hermana pequeña, Sawyer, se están recuperando de la reciente muerte de su madre. Ambas echan en falta el apoyo de su padre, y su único apoyo es un terapeuta que, a su manera, también se encuentra llevando como puede este drama familiar. En medio de esta situación aparece una criatura que se alimenta de los terrores de cada uno de ellos.
Otra vuelta de tuerca al terror de instituto
El boogeyman es en la cultura anglosajona el equivalente del coco, una criatura ficticia de origen ibérico, cuya función principal es asustar a los niños con su presencia, en especial a aquellos que no quieren irse a dormir. Stephen King recoge esta tradición y la adapta añadiendo dos conceptos muy interesantes: los terrores nocturnos, derivados de un problema psicológico sin resolver, y el bullying que sufre en el instituto la protagonista. En la trama, sobre este último punto, llama la atención que una de las acosadoras de Sadie termina convirtiéndose en aliada y confidente. Se establece una fina línea entre la amistad y el perfil de hostigadora. Algo habitual en otros formatos como la serie Cobra Kai, donde las alianzas y enemistades cambian a cada instante.
Stephen King añade en The Boogeyman dos conceptos interesantes: los terrores nocturnos, derivados de un problema psicológico sin resolver, y el bullying que sufre en el instituto la protagonista
No es la primera vez que el escritor se evade por medio de un elemento fantástico para contar un relato de una familia rota, aunque The Boogeyman fue una de las primeras publicaciones de King. Apareció en la revista Cavalier, en marzo de 1973. Sin embargo, los temas que aborda son igual de válidos en la sociedad del siglo XXI, aunque pasados por el tamiz actual de los códigos más comerciales del género.
Imagen de la protagonista, Sophie Thatcher, de la película The Boogeyman de Stephen King.
Carrie, la primera novela de Stephen King
Resulta inevitable comparar los episodios escolares de The Boogeyman con los de Carrie, obra escrita a la par junto a este relato corto. La que se considera la primera novela del escritor llegaría a las librerías estadounidenses en 1974, revolucionando el género literario de terror. El personaje de Carrie White se basó en dos chicas que eran maltratadas en la escuela a la que asistió King durante su infancia. Una de ellas se caracterizaba por tener una madre profundamente religiosa. El autor se preguntó cómo sería convivir con una madre así, de ahí que crease a una chica incapaz de salir al exterior. El instituto, dado que el clima en casa era en exceso sobreprotector, se convierte en un terreno hostil.
Esta premisa incide en los dos principales problemas colaterales que suelen darse en menores sobreprotegidos. Son incapaces de desarrollar su personalidad y las habilidades sociales necesarias para desenvolverse con seguridad en la vida. En Carrie esto se traduce en una metáfora con la telequinesia que manifiesta la joven. Cuanto más reprime sus poderes, más peligrosos se vuelven. Su fanática madre cree que toda la sociedad está llena de riesgos. Vive una vida con miedos que termina contaminando a su hija, dentro de una dinámica familiar que no tarda en ser detectada por sus compañeros de instituto. De hecho, el bullying se alimenta de la citada debilidad.
Carrie White es una adolescente que manifiesta los problemas habituales de un menor sobreprotegido. Es incapaz de desarrollar su personalidad y las habilidades sociales necesarias para desenvolverse con seguridad en la vida
Carrie tiene propensión a desarrollar una baja autoestima. Siente no ser nada en este mundo y desconfía de ella misma, provocándose uno de los síntomas más comunes de los problemas de salud entre los adolescentes. El episodio clave en la novela se produce con la llegada de la primera menstruación. En la ducha, tras una clase de Educación Física, la joven descubre la sangre sintiéndose herida. Sus compañeras, de una forma muy cruel, se burlan de ella arrojándole compresas. En el libro Danza macabra (1981), un ensayo en el que King analiza el fenómeno del terror, indica lo siguiente sobre estos actos: «La novela contempla el instituto desde una perspectiva bastante común: como el pozo de devoradores de hombres y mujeres anteriormente mencionado. […] La venganza de Carrie es algo que cualquier estudiante, al que alguna vez hayan bajado los pantalones del chándal en Educación Física o le hayan quitado las gafas en la biblioteca, aprobaría. En la destrucción del gimnasio por parte de Carrie vemos la revolución soñada por los socialmente pisoteados».
King describe el instituto como un lugar marcado por la intolerancia. La novela tiene un trasfondo que va más allá del relato fantástico e invita al lector a realizar nuevas lecturas de la misma
La novela tiene un trasfondo que va más allá del relato fantástico: la adolescencia, el autodescubrimiento de la sexualidad, la influencia de la religión en la educación familiar y la incomprensión que experimenta una joven en su paso desde la infancia a la adolescencia. King describe el instituto como un lugar marcado por la intolerancia. La atmósfera creada en ese microcosmos impide que individuos que destacan por encima de los demás, como es el caso de Carrie, puedan elevarse.
Stephen King tuvo una incipiente relación con el campo educativo antes de su éxito como novelista: fue profesor de inglés en la Academia Hampden. Algunas fuentes indican que se basó en sus experiencias como profesor para la novela, la cual, por cierto, es una de las más censuradas en los colegios de Estados Unidos.
Una escena de la película Carrie, dirigida por Brian de Palma en 1976, la primera novela de King llevada a la gran pantalla.
Rabia, la ficción que inspira tragedias retirada de la venta
La novela Rabia (1977) fue la primera en la que King utilizó el alias de Richard Bachman. El protagonista de la misma es Charlie Decker, un problemático estudiante del Placerville High School, un ficticio instituto del estado de Maine. El joven casi mata a un profesor de Química al golpearle con una llave inglesa con gran violencia. En el despacho del director recibe una gran reprimenda, pero, en vez de corregir su actitud, emprende una terrible escalada de violencia contra sus compañeros y el resto de la clase. King describió esta historia como un medio de expresar las frustraciones que experimentó como estudiante de secundaria. Asimismo, llegó a admitir que la obra dibuja, dentro de los parámetros de la ficción, la cultura social que siente el autor a su alrededor, lo cual dice mucho de la opinión que tiene King sobre la sociedad estadounidense.
En Estados Unidos, tal como reflejamos en el siguiente artículo, ha habido regularmente casos similares. Debido a ello, King no ha vuelto a reeditar esta obra por miedo a que siga inspirando situaciones semejantes. Sin ir más lejos, el 26 de abril de 1988, el estudiante Jeffrey Lyne Cox retuvo a sesenta alumnos en San Gabriel High School (California) blandiendo un rifle semiautomático. Un amigo cercano reveló a la prensa que Cox había devorado la novela Rabia, hasta el punto de sentirse muy identificado con el protagonista.
Rabia fue una obra censurada por su propio autor. El protagonista inspiró tragedias reales en los institutos y universidades estadounidenses
Años más tarde, en abril de 2007, otro estudiante de nombre Seung-Hui Cho fue el causante de la llamada «masacre de Virginia Tech». En el incidente murieron treinta y tres personas, incluyendo al único autor del tiroteo, y veintinueve personas resultaron heridas. Hasta la fecha es considerado el peor ataque a una institución universitaria en toda la historia del país. En unas declaraciones recogidas en Entertainment Weekley sobre estos hechos, King confesaba: «Ciertamente, en estos tiempos sensibles, mi escritura universitaria, la historia corta Cain Rose Up y Rabia, podría haber izado banderas rojas, y estoy seguro que alguien me habría etiquetado como enfermo mental».
Sea una historia enmarcada en un instituto o en otra localización, Stephen King se revela como un autor con un talento especial. Sin duda, sus obras contienen un subtexto oculto. Los lectores pueden acercarse a su ingente producción desde el punto de vista del escapismo, pero el que sepa leer entre líneas encontrará un riquísimo fresco de la sociedad occidental. A veces la realidad es demasiado terrorífica, por eso el escritor la plaga de ingredientes sobrenaturales para hacerla más llevadera.
Portada de la novela Rabia, de Stephen King, retirada de la venta a petición de su propio autor.
Se identifica la lectura de esta obra con varios tiroteos masivos ocurridos en Estados Unidos.
Sin Comentarios