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Personas gitanas y universidad: hartos de hablar de problemas y no de soluciones

CampusRom consigue pasar de dos a cien personas gitanas al año en acceder a la universidad

Imagen de cabecera propiedad de CampusRom, la red gitana universitaria

El pueblo gitano, también conocido como romaní, es una comunidad étnica que reside en Europa desde hace mucho tiempo. En España, la población gitana es una de las mayores de Europa occidental. Se estima que hay alrededor de 725 000 de personas de origen gitano en el país, lo que representa aproximadamente el 1,5 % de la población española. La historia de los gitanos en España se remonta a varios siglos atrás, con sus orígenes vinculados a la India. Llegaron a la península ibérica en la Edad Media y desde entonces no han dejado de contribuir significativamente a la cultura española en diversos aspectos, incluyendo la música, la danza y la artesanía. Sin embargo, y a pesar del paso del tiempo, la comunidad gitana no deja de afrontar desafíos significativos en términos de discriminación, marginalización y pobreza. En las últimas décadas se han visto algunos esfuerzos e iniciativas para promover la inclusión social y económica del colectivo en España, desde programas estatales hasta proyectos comunitarios.

Los gitanos son una parte significativa de la sociedad española, con una identidad rica y diversa. En Inèdit hemos tenido conocimiento de una iniciativa estudiantil propuesta desde la universidad para promover el acceso a la educación superior del colectivo, llamada CampusRom. Entrevistamos a uno de sus fundadores, Fernando Macías Aranda, quien también es doctor en Educación, catedrático de la Universidad de Barcelona, e investigador sobre el pueblo gitano.

Pregunta: ¿Por qué se crea CampusRom?

Respuesta: CampusRom nace en el año 2016, en el marco de un curso subvencionado por la Generalitat para ayudar a gitanos mayores de 25 años a acceder a la universidad. Un grupo de profesorado gitano de ese curso y algunos alumnos también gitanos nos sentimos preocupados porque vimos que había muchos alumnos que tenían muchas dificultades: con el catalán, el inglés… Hacía muchos años que habían dejado la escuela y les costaba coger el ritmo; no tenían referentes en sus casas, por lo que fuera de clase no podían hablar con nadie de la formación; y además muchos de ellos tenían cargas familiares, eran padres, madres, incluso abuelos… De esa necesidad detectada nace CampusRom, con la idea de convertirse en una red de apoyo más allá de los cursos, de forma que si ellos estudian de cinco a siete, que de siete a nueve queden con personas gitanas que les ayuden en algunas materias. Al final, es aumentar el número de horas que ellos dedican a la preparación, y estar en contacto constante con otras personas gitanas que lo han logrado para aumentar su motivación y saber que es posible. CampusRom nace con ese enfoque de ser red de apoyo entre personas gitanas y no gitanas, porque hay mucha gente no gitana que también nos ayuda. Sobre todo, ponemos el foco en la universidad, contribuyendo a disminuir las barreras de acceso que tienen estas personas.

CampusRom consigue pasar de dos a cien personas gitanas al año en acceder a la universidad 

El éxito de este proyecto lo notamos ya en el primer año: tan solo lograban acceder a la universidad 2 o 3 personas gitanas al año, pero el primer año de CampusRom lo consiguieron 7; y en el segundo año 16. Actuamos principalmente en Catalunya, atendiendo a más de 100 personas, aunque también ayudamos a al menos 30 personas en Aragón y a unas 20 personas en la Comunidad Valenciana. Esporádicamente  hay alguien de Madrid, de Andalucía y de Extremadura.

P.:  Mucho se habla de garantizar los derechos y el acceso a la educación básica de los pueblos minoritarios. ¿Cómo es el acceso a la educación básica de los gitanos aquí en España?

R.: Pues aquí reside el problema principal, o sea, si tú miras el número de gitanos que están matriculados en la educación básica prácticamente es del 100 %. No tenemos un problema de matrícula. El problema está cuando tú miras la asistencia, los niveles de absentismo o éxito. ¿Cuántos de estos niños realmente finalizan esas etapas con el nivel que les corresponde?

«Desde los años setenta se viene denunciando que el pueblo gitano se enfrenta a una serie de barreras en el sistema educativo»

Desde diferentes organizaciones o estamentos siempre se ha dado a entender que si el alumnado gitano no va a la escuela o no tiene éxito en ella, es por nuestra cultura, tradiciones y costumbres. Pero si revisas la investigación educativa observas que desde los años setenta se viene denunciando que el pueblo gitano se enfrenta a una serie de barreras en el sistema educativo que otros colectivos no tienen. Por ejemplo, el alumnado gitano sufre muchos prejuicios y estereotipos por parte del propio profesorado. Nos encontramos con muchos niños de 1.º de ESO a quienes les dicen que no hace falta que vayan todos los días al colegio porque no es importante para ellos acabar; o, por ejemplo, te encontrarás también que misteriosamente todos los niños gitanos de un curso están en una misma aula; o, por ejemplo, en las clases de inglés les ponen solo vídeos de YouTube para pasar el rato en lugar de seguir el libro. Hay todo un conjunto de prácticas que están basadas en prejuicios y que impactan negativamente en la educación de este alumnado: bien llevándolo a abandonar las clases o bien a titularse pero con un nivel muy bajo, que ni siquiera le permite luego continuar la educación postobligatoria en condiciones.

«Si tan buenas son las medidas que se aplican con el alumnado gitano, ¿por qué no se aplican en todos los centros educativos?»

Denunciamos estas prácticas y exigimos que se ofrezca a nuestros niños y niñas la misma educación que se ofrece al resto. Y, además, siempre decimos lo mismo, si tan buenas son las medidas que se aplican con el alumnado gitano, ¿por qué no se aplican en todos los centros educativos? ¿Por qué solamente se aplican a gitanos, inmigrantes y alumnado con necesidades educativas especiales?

P.: ¿Cómo son las clases en CampusRom?

R.: Aquí hay de todo. Hay algunas clases con poco alumnado porque son clases muy específicas. Por ejemplo, tenemos dos alumnos que están en 3.º de Medicina y necesitan un refuerzo de Bioquímica. Son clases muy concretas para las que se contrata a una persona. Hay también clases más genéricas, especialmente cuando se están preparando para las pruebas de acceso a la universidad y necesitan refuerzo de catalán, por ejemplo. A estas clases suelen asistir de 8 a 10 estudiantes.

Si bien en CampusRom ayudamos especialmente a gitanos, alguna vez nos hemos topado con situaciones complejas que requerían apoyo, por lo que también hemos ayudado a personas no gitanas; aunque no sea nuestro foco, no vamos a dejarles atrás. Entendemos que las personas que no son gitanas pero que están casadas con un gitano o viven en un barrio gitano tienen las mismas problemáticas.

P.: Durante mucho tiempo, las personas gitanas ocultaron sus orígenes para evitar la discriminación. ¿Todavía se sigue dando este tipo de actitud en la actualidad? ¿Ha habido avances al respecto?

R.: Sí, esa discriminación se sigue dando y se da de formas que son muy peligrosas. La primera es que muchas veces, cuando tú dices que eres gitano, las personas no gitanas te miran y te dicen: «Tú no lo pareces», «No eres como los gitanos de los que yo hablo, eres diferente». Esto es una forma de discriminación porque te alejan de tu colectivo. La otra manera de discriminación es cuando se utiliza el origen étnico como motivo de rechazo o de no inclusión. Cuando, por ejemplo, estás en una clase universitaria tratando una cuestión y todos los ejemplos negativos que te ponen son de familias gitanas. La cosa ahora está empezando a cambiar porque cada vez tenemos más gitanos en las universidades, más gitanos en la política, más gitanos en muchos lugares… El racismo se intenta autocontrolar cuando sabe que le escuchan y puedes denunciarlos. Ello no quiere decir que nuestro progreso se haya detenido, ha habido avances, pues cada vez más ahora decimos que tenemos orgullo de ser gitanos en todos los espacios públicos, pero eso no implica que el problema haya desaparecido.

P.: ¿Cómo valoras la investigación científica en referencia al pueblo gitano? ¿Hay mucha literatura científica sobre la historia y cultura gitanas, e investigadores gitanos?

R.: Cabe destacar que ha habido un cambio muy importante. Hasta los años noventa prácticamente toda la investigación que se hacía sobre el pueblo gitano era muy paternalista, llena de prejuicios, muy descriptiva. Se llegó incluso a clasificar a los gitanos catalanes como más higiénicos que el resto. Esto es lo que la antropología concluyó en los años ochenta. Ahora la investigación empieza a cambiar y se hace de otra manera, y aunque los gitanos no formen parte del equipo de investigadores empezamos a validar los resultados, a decidir aceptarlos o no.

«Desgraciadamente hay un número importante de investigaciones que a lo único a lo que han contribuido es a empeorar más nuestra situación de exclusión y pobreza»

No quiero decir que toda la investigación sea mala, pero desgraciadamente hay un número importante de investigaciones que a lo único a lo que han contribuido es a  empeorar más nuestra situación de exclusión y pobreza y nuestra mala imagen. Es cierto que en otras investigaciones que se han hecho con otro tipo de metodologías más comunicativas, en las que se nos ha tenido en cuenta en todas las fases del proyecto, sus resultados no solamente nos han ayudado a mejorar nuestra situación sino que se han hecho para los intereses de los gitanos. También, en la academia cada vez existimos más investigadores gitanos que formamos parte de los grupos de investigación, y que podemos llevar a cabo nuestras propias investigaciones.

No diría que haya muchísima investigación pero hay la suficiente como para saber cuáles son los principales problemas, es decir, obviamente que tenemos que seguir investigando, yo mismo soy investigador, pero para conocer cuáles son los problemas del pueblo gitano en la educación no hace falta más investigación, eso ya se sabe. Lo que hace falta es más investigación que dé soluciones: por ejemplo, ¿cómo pueden conseguir empleo las mujeres gitanas? ¿Cómo hacer que los niños gitanos finalicen la ESO? ¿Cómo facilitar el acceso a la universidad de las familias gitanas? Eso es lo que necesitamos. Los gitanos necesitamos la vacuna de la COVID, no entender por qué existe la COVID, porque eso ya lo sabemos.

Estamos cansados de hablar de problemas y que nada cambie. Queremos hablar de soluciones

Llevamos cuarenta, cincuenta o sesenta años buscando soluciones, por eso ahora mismo las personas gitanas estamos accediendo a participar como fuentes para la prensa o como investigadores para poner el foco en las cosas que realmente funcionan. Estamos cansados de hablar de problemas y que nada cambie. Queremos hablar de soluciones, de cosas que están demostrando que es posible que una mujer gitana en su edad adulta y siendo madre empiece a trabajar en cualquier tipo de empleo. Eso es posible y se puede hacer, pero por desgracia muchas veces el dinero público se destina a otras cosas, como por ejemplo para contratar a personal no gitano como asesores de escuelas que en lugar de ayudar al alumnado gitano lo que hace es segregarlos. Faltan investigaciones que aporten soluciones científicas a los problemas sociales del pueblo gitano.   

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CampusRom

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