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La selectividad de los correctores

Cómo viven la selectividad los miembros de los tribunales

Estos días se están realizando las pruebas de acceso a la universidad (PAU) a las que se presentan más de cinco mil estudiantes provenientes de bachillerato y ciclos formativos. Cuatro mil de los estudiantes inscritos realizaran los exámenes en universidades de Barcelona bajo la supervisión de 12 tribunales ordinarios.

Esta es la semana del estrés y los nervios, de los ataques de ansiedad y los desmayos, de la falta de sueño y la incertidumbre para estos estudiantes, pero hay también otro colectivo que vive de igual forma y con la misma presión la selectividad; son los miembros de los tribunales, gran parte de los cuales son correctores, que afrontan unos días marcados también por el estrés, las prisas de corregir a tiempo, y la responsabilidad de poner la nota justa.

El número de exámenes que cada corrector debe corregir “ronda entre los 50 y 180 exámenes, que al cabo de 8 o 10 días deben estar corregidos”, según nos explica David Bueno, coordinador del equipo que diseña los exámenes de biología de las PAU.

"El número de exámenes que cada corrector debe corregir ronda entre los 50 y 180 exámenes"

En su opinión, “en el caso de biología hay demasiados exámenes por corrector. Porque al ser un examen teórico en el que los alumnos tienen que explicar cosas, se tarda bastante para corregir, ya que no solo hay que mirar lo que está escrito, sino también mirar que no haya contradicciones en el texto, y eso requiere tiempo” señala.

A esta opinión se suma también el profesor Josep Macià, coordinador del equipo que diseña los exámenes de filosofía: “sería ideal si ningún corrector tuviera más de 140-150 exámenes a corregir, porque corregir cada examen de Filosofía requiere tiempo y un nivel de concentración muy alto que no es posible mantener durante muchas horas al día” explica.

La subcoordinadora Paz Monserrat así nos lo confirma: “durante una semana estamos corrigiendo más de ocho horas diarias” afirma. “Yo diría que en una hora se pueden corregir unos dos o tres exámenes como máximo, pues hay que tener en cuenta muchos aspectos” aclara.

"Durante una semana corrigen

más de ocho horas diarias"

Los aspectos de un examen que pueden ralentizar el proceso de corrección son dos, según nos indica Josep Macià: “la claridad de la caligrafía, ya que, un examen con letra que resulte muy difícil de entender puede multiplicar por 2, por 3 o incluso más el tiempo de corrección, y la justificación de la puntuación que se debe hacer en cada caso, puesto que se pide a los correctores que siempre que una respuesta no obtenga la máxima puntuación, hagan anotaciones que indiquen los aspectos que presentan alguna incorrección”. 

Por ello, tanto Mercè García como Ambrós Domingo, profesores de filosofía de bachillerato, coinciden en que se necesita como mínimo unos 15 minutos para corregir un examen, mientras que Marisol Cabral, correctora de biología dice dedicar el doble de tiempo (unos 30 minutos por examen). “Yo me propongo corregir 6 exámenes a la hora, pero al final nunca puedo cumplirlo y acabo corrigiendo de media cuatro o cinco” nos explica Ambrós.

La dificultad de corregir un examen teórico como son los de biología y filosofía es mayor, a diferencia de los exámenes tipo test o de preguntas cortas, no obstante, este aspecto no se tiene en cuenta a la hora de poner los precios, “el precio es el mismo, tanto si tardas 5 minutos para corregir como si tienes que estar 20 minutos” nos confirma David Bueno. la profesora Marisol Cabral opina que “un euro más por cada examen estaría bien”.

"Filosofía y Biología son exámenes teóricos que requieren

mayor tiempo de corrección"

La responsabilidad de los correctores no es poca, teniendo en cuenta que todos deben evaluar de una manera más o menos similar. Por esa razón, “los correctores reciben también unas pautas específicas más detalladas sobre distintas cuestiones a tener en cuenta a la hora de corregir” nos explica Josep Macià. No obstante, aclara que “cuando se advierte que algún corrector usa un criterio de corrección que no coincide plenamente con el criterio general, desde la coordinación se le contacta y se le indica qué aspectos de su forma de corregir debería modificar para ayudar a homogenizar al máximo en el futuro la corrección de todos”.

Este sistema de corrección es razonable según los entrevistados, aunque necesitaría hacerse algunos cambios para ser el ideal. Paz Monserrat aboga por un modelo en el “que se dé más importancia a las relaciones, a los procedimientos  y a las ideas básicas más importantes que a la pura retención de datos”, mientras que la profesora Mercè  García toma como referencia el modelo francés (el Bac), “en el que los alumnos eligen uno de los dos temas propuestos y sobre el cual deben escribir una disertación, y un comentario de texto”.

Por su parte, el coordinador Macià propone que “se establezca que todos los exámenes han de ser corregidos por dos correctores, y si hay una diferencia significativa (de, por ejemplo, más de un punto) entre esas dos correcciones entonces se debe hacer una tercera. Este sistema disminuiría la incidencia de errores” afirma.

 

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