Entrevista a María Merino, escritora joven con discapacidad visual y best seller
La generación Z empieza su carrera literaria en el género más aclamado por el público
Hay tres cosas que toda persona debería hacer antes de morir para dejar un legado en este planeta, según el ilustre poeta y político cubano José Martí (1853-1895): plantar un árbol, tener descendencia y escribir un libro, o parirlo, según quien. Precisamente de este último objetivo hablamos con María Merino, una escritora joven que acaba de publicar su primer libro, Orión, donde nos narra la historia de otro legado, el de un imperio que (¡spoiler!) puedes encontrar en las páginas de este libro.
Merino es una joven murciana, estudiante de auxiliar de enfermería y apasionada de las buenas historias y las buenas conversaciones. En esta entrevista nos cuenta cómo son los inicios de una escritora novel en la era digital.
Pregunta: ¿De dónde viene tu pasión por la escritura y qué te inspiró a empezar a escribir?
Respuesta: Desde siempre me ha gustado leer y escribir, sobre todo novela de misterio, fantasía o romance, y cuando leía esos universos pensaba en que me encantaría crear mis propios universos. Empecé como creo que todo escritor empieza, con fanficts, historias de personajes de novelas y películas que me gustan. Luego más adelante me planteé crear una trama con personajes de invención propia.
P.: Tu género principal es la fantasía. ¿Qué es lo que te atrae de este género en particular y a qué desafíos te has enfrentado al escribir historias fantásticas? ¿Qué otro género literario te atrae? ¿Tienes pensado escribir historias de otros géneros?
R.: Yo es que, sin la fantasía y el romance, no sobrevivo… ja, ja, ja. Lo bueno de la fantasía es que te permite crear un mundo propio desde cero, con sus reglas; es alucinante, porque es como jugar a ser dios. La fantasía es increíble, aunque aún no la he experimentado del todo, porque en este primer libro todavía no me he metido de lleno en el mundo, por el momento solo aparecen algunos elementos. Respecto a escribir otros géneros, de terror por ejemplo, no sé si sería capaz de inventar algo, pero misterio y suspense sí, porque al final toda fantasía ha de tener un halo de misterio. De hecho, Orión, el primer volumen de esta historia, lo planteé como una novela de misterio, pero llegué a un punto determinado en el que la novela me exigía fantasía, así que hice el cambio. De cara al futuro tengo pensado explorar nuevos géneros siempre, es más, ahora estoy con una nueva historia de suspense y romance, y lo voy a dejar en eso, ¡lo prometo! Por otro lado, siempre me ha gustado mucho ayudar a la gente, por eso estoy estudiando ciencias sanitarias, por lo que también escribir libros con contenido psicológico y de autoayuda es una opción que me planteo para más adelante.
P.: ¿Cuál es tu proceso de escritura? ¿Tienes alguna rutina o ritual específico que te ayude a mantenerte creativa?
R.: Ahora mismo si me tengo que poner a escribir tiene que ser lo más mapa posible, para luego no contradecirme o que haya el típico agujero en el guion, y siempre intento crear un orden mínimo, pero siendo consciente de que 100 % mapa no se puede ser, igual que 100 % brújula tampoco se puede ser. Especialmente para el segundo libro de la saga lo quiero tener todo más o menos planificado, porque una buena construcción de un mundo fantástico conlleva plantearse incluso cosas que luego puede que ni siquiera utilices o pasen más inadvertidas; es pensar en la ambientación del mundo: costumbres, leyes, tradiciones, creencias, jerarquías… toda una serie de cosas que tienes que decidir antes de ponerte a escribir. Hoy por hoy no tengo una rutina como tal, porque siempre priorizo mis estudios, pero cuando termine probablemente me crearé una rutina propia.
P.: ¿Cómo decides qué temas o mensajes quieres transmitir por medio de tus escritos? ¿Cuáles son los temas principales de esta primera novela, Orión?
R.: Creo que a los escritores/as nos sale de forma inconsciente plasmar nuestra personalidad o parte de ella en alguno de nuestros personajes. A mí me sucede sin darme cuenta, y a medida que me voy haciendo consciente de ello intento que el círculo cercano a este personaje corresponda con mi ideal de conceptos como la amistad o el amor, de allí quizás que estos temas destaquen en la historia. Por ejemplo, en Orión me identifico no con un solo personaje, sino con varios: de Silvia tengo su carácter extrovertido y ambición; de Julia su forma de querer, su lenguaje del amor y su lealtad a sus amistades; de Izan tengo su impulsividad, su forma de contar las cosas y su forma de amar también un poco; y de Will no tengo tanto porque es un personaje más sosegado, pero su forma de pensar y sus valores sí que se corresponden con los míos.
P.: ¿Cuál es tu fórmula para hacer frente al bloqueo del escritor? ¿Alguna vez lo has experimentado? ¿Cómo te enfrentas a la página en blanco?
R.: Lo del bloqueo del escritor lo experimento cuando menos me lo espero. Cuando no tengo ideas y siento ese temor a la página en blanco me salen las palabras mágicamente, pero cuando tengo muchas ideas en la cabeza paradójicamente siento ese bloqueo, porque empiezo a dar tantas vueltas a una idea para perfeccionarla que se me hace complicado arrancar con la escritura de la escena. También es verdad que cuando tengo una historia muy planificada, con un desarrollo en el que confío que puede gustar, tiendo más a caer en ese bloqueo, quizás por el temor a que por escrito no quede tan bien como me lo imagino. Sin embargo, cuando es una historia corta que es más entretenimiento que novela seria no caigo tanto este problema.
Ahora mismo mi filosofía de vida a la hora de escribir una nueva historia se basa en fluir, porque después le daré mil giros más, y al final ese solamente es un primer borrador que se revisará más de una vez. Así pues, si tengo un bloqueo paso a la siguiente escena hasta que surja la inspiración. Cuando me llega la inspiración de una escena, por mucho que sea la final o una escena del medio, la escribo igual, y luego ya voy ordenando el texto. La inspiración puede llegar en cualquier momento por lo que hay que estar preparada, y no es necesario que el proceso de escritura siga también la cronología de la historia para que quede una buena novela.
P.: ¿El hecho de tener discapacidad visual ha tenido algún impacto destacable en tu carrera como escritora?
R.: A nivel emocional no, pero en el día a día sí. Siempre digo que la mente no entiende de dioptrías, la imaginación tampoco. Lo que escribo es lo que me sale del alma y del corazón. De hecho, la escritura me ha servido como un punto de apoyo para los momentos de bajón, pero sí que hay algo de dificultad en algunas partes del proceso hasta llegar a la publicación de un libro. En mi caso al tener baja visión me cuesta leer igual de rápido que una persona con visión normativa, por eso tal vez la parte de edición es lo que más esfuerzo me ha requerido en este sentido. También he de decir que he tenido lectoras beta maravillosas que me han dado sus opiniones y me han hecho comentarios muy concretos sugiriendo cambios en puntos específicos de la historia, lo que me ha venido genial.
«La mente no entiende de dioptrías, la imaginación tampoco»
P.: Pues ya que lo mencionas, ¿recomiendas tener lectores beta siendo escritor/a novel?
R.: Por supuesto. Es más, recomiendo tener varios, porque al final cuando terminas una historia, sobre todo de fantasía, y la has revisado muchas veces, necesitas una lectura externa, que pueda ver por primera vez y conocer el mundo que has creado, porque tu ya conoces cada rincón de ese mundo y necesitas otra visión que pueda identificar incongruencias o pequeños detalles que se nos pasan por alto de tanto reescribir una y otra vez. Y aconsejo varios lectores/as beta porque siempre viene bien tener varias opiniones, porque hay gustos de todos los tipos y no tienes por qué aceptar todos los cambios que te sugiera un lector beta.
P.: ¿Has sentido alguna vez que tus habilidades o tu trabajo han sido subestimados por tu edad?
R.: Más bien me ha pasado lo contrario, toparme con gente que se sorprende al saber que he publicado mi primer libro tan joven. Lo que me impacta de todo esto es el hecho de que resulte sorprendente que una persona joven lea o escriba. No entiendo por qué es así, en verdad la gente joven leemos y escribimos más de lo que las personas adultas creen.
«En verdad la gente joven leemos y escribimos más de lo que las personas adultas creen»
P.: Precisamente sobre eso quería preguntarte. Según las estadísticas, los adolescentes no leen, sin embargo, gran parte de tu público es juvenil, ¿verdad? ¿Qué opinas sobre este hecho? ¿Es cierto que los jóvenes de hoy en día leen menos?
R.: Opino que es un estigma más, como antes cuando estaba el estigma de que las mujeres no sabían escribir, llegando algunas autoras incluso a firmar con seudónimo para ocultarse. Solo hace falta ver el impacto que está teniendo Booktok, y la edad de los influencers que hablan de libros en esta red social para darse cuenta de que la lectura es un hobby más del que disfrutan los y las jóvenes.
P.: ¿Qué papel han jugado las redes sociales y la tecnología en tu carrera como escritora?
R.: A día de hoy considero que cualquier persona que se dedique al sector cultural y literario tiene que tener redes sociales, porque mueven masas, y es necesario para hacerse un huequito y darse a conocer. Esta es la vía para destacar en esta época. En mi caso, sinceramente, no empecé directamente como bookstagramer o booktoker, sino que tenía ya una cuenta personal con muchos seguidores que transformé para dedicarla solamente a los libros, así que mi público es variado, desde los que me siguen por mis publicaciones sobre libros hasta los que me siguen por otras cositas que comparto.
P.: Ahora que la inteligencia artificial está hasta en la sopa, ¿cómo percibes la introducción de esta tecnología? ¿Para ti es una aliada o una enemiga? ¿Alguna vez la has utilizado?
R.: No creo que una IA como ChatGPT pueda escribir una novela. Puede ayudar en el proceso de investigación, a sacar ideas e información, pero escribir una novela requiere muchas cosas; además de una buena historia, exige una construcción compleja de los personajes, plasmar sus sentimientos, emociones… por lo que no creo que llegue a tanto. Además, una de las debilidades de ChatGPT es su vocabulario pobre, es decir, tiene una estructura, una forma de expresarse que sigue un patrón determinado, utilizando lenguaje similar en todas sus creaciones.
«No creo que una IA como ChatGPT pueda escribir una novela»
P.: Aparte de los mundos fantásticos que creas estudias para ser auxiliar de enfermería. ¿Qué te hizo decantarte por esta disciplina, y cómo logras compatibilizar tus estudios y tu carrera como escritora?
R.: Desde siempre me ha gustado el ámbito sanitario porque tengo vocación de ayudar a los demás, de allí mi decisión de estudiar esta formación profesional. En mi vida profesional tengo dos facetas que quiero que coexistan: la de escritora y la de sanitaria. No me veo con la una sin la otra. Actualmente dedico mucho tiempo al estudio, la mayor parte, así que intento escribir cuando puedo y en todos los huecos que tenga. No obstante, cuando empiece a trabajar quiero establecer una rutina de escritura.
P.: ¿Qué consejo le darías a una persona joven que quiere comenzar a escribir?
R.: Que empiece a escribir porque es una experiencia maravillosa. Que escriba sobre todo para sí misma porque al final es una experiencia única que nunca sabes cómo se va a desarrollar ni qué rumbo va a tomar la historia. Escribir con vistas a publicar, por supuesto que también, pero como he dicho, sobre todo escribir para una misma porque, si no te gusta a ti, ¿cómo esperas que le guste a la gente?
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