Educar en casa
Una opción en auge que reta las estructuras tradicionales
La educación en casa, conocida como homeschooling, está ganando cada vez más adeptos en todo el mundo, y España no es la excepción. Aunque la enseñanza en centros educativos sigue siendo la norma, cada vez más familias optan por este modelo, buscando flexibilidad y personalización en la educación de sus hijos. Según estimaciones, cada año entre 2000 y 4000 familias españolas deciden apostar por esta alternativa educativa, que aún presenta un arduo marco legal y poca aceptación social.
Cada año entre 2000 y 4000 familias españolas deciden apostar por el homeschooling
El homeschooling permite a los padres o tutores asumir un rol central en la educación de sus hijos, adaptando el currículo y los recursos a sus necesidades. Las razones detrás de esta decisión son diversas: desde la búsqueda de una mayor compatibilidad con actividades deportivas o artísticas, hasta cuestiones de movilidad, trabajo remoto o discrepancias con el sistema educativo tradicional. Sin embargo, no todos los países lo permiten. Mientras que en Estados Unidos cerca del 3 % de los estudiantes entre 5 y 17 años son educados en casa, en Alemania y Suecia esta práctica está prohibida. En España, la legislación no prohíbe explícitamente la educación en casa, pero el sistema sigue favoreciendo la escolarización presencial.
Para comprender mejor las motivaciones, desafíos y beneficios del homeschooling, entrevistamos a Mónica Esther Rodríguez, madre de dos hijas y defensora de este método. Sus hijas combinan sus estudios con la práctica intensiva del tenis; se han educado mediante plataformas online como la del Centro para la Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia (CIDEAD) y el Institut Obert de Catalunya (IOC).
Pregunta: ¿Cómo fue la decisión de optar por la educación en casa y qué desafíos afrontaste al comenzar con el homeschooling?
Respuesta: La verdad es que decidir empezar a estudiar online en CIDEAD no fue nada fácil. Es una plataforma donde se van subiendo trabajos que los estudiantes tienen que ir entregando, pero no tienen un profesor como tal, ni presencial ni online. Digamos que el profesor es «ficticio»: las niñas no ven a ningún docente directamente. Sí pueden escribirles si tienen dudas, pero básicamente ellas entregan las tareas y ya está. Luego, en la segunda y tercera evaluación, tienen exámenes presenciales en una sede en Barcelona. Lo que a mí me echaba para atrás al principio era justo eso: no contar con un profesor real, alguien con quien pudieran conectarse para resolver dudas o que las guiara. Así que, al final, te tienes que buscar la vida por tu cuenta. Yo encontré a una profesora particular; dimos con una chica que lleva ya prácticamente tres años trabajando con ellas. Claro, esto supone un coste adicional, porque tienes que pagarle las clases aparte. Y no es solo una hora al día; tienen que ser al menos tres horas para cubrir todas las materias: Inglés, Castellano, Matemáticas… En esta modalidad de educación de CIDEAD, al ser nacional, no se incluye Catalán como asignatura porque está diseñada desde el ámbito estatal. Así que hay cosas que hemos tenido que ajustar, pero hasta ahora la experiencia ha sido positiva dentro de lo que cabe.
P.: ¿Cómo logras equilibrar la carga académica de tu hija con su exigente entrenamiento deportivo?
R.: Al principio, eso era justo lo que me daba un poco de miedo. Pero mi hija estaba muy convencida de que quería hacerlo porque veía que podía compaginarlo muy bien con los torneos. Claro, cuando era más pequeña, los torneos eran solo los fines de semana, pero luego empiezan a durar una semana entera y suelen ser en cualquier parte: al norte, al sur de España, en cualquier lugar.
Faltar una semana en el colegio presencial se complica mucho, porque ponerse al día a la vuelta es difícil. En cambio, con este sistema, como no tienes una obligación de entrar o salir a horas fijas, sino que tienes fechas concretas para entregar los trabajos, te puedes organizar de la manera que mejor te convenga. Eso facilita mucho las cosas.
P.: ¿Cómo afecta el homeschooling al desarrollo social de tu hija y qué actividades adicionales realiza para interactuar con otros jóvenes?
R.: Es verdad que eso de estar con otros chicos y chicas en el colegio no lo tiene; no puede compartir cosas con compañeros de su edad en un entorno escolar, pero la verdad es que a ella no le importa mucho. Tiene dos compañeras que también juegan al tenis, son de su misma edad y, aunque viven en localidades diferentes, se han hecho muy amigas. Se ayudan mutuamente, se conectan online y, dentro de lo posible, intentan mantenerse en contacto entre ellas. Eso le ha ayudado bastante a no sentirse sola.
P.: ¿Cómo gestiona la presión y el estrés que conlleva el equilibrio entre la educación y una carrera deportiva de alto nivel?
R.: Creo que para ella el estrés deportivo es mucho más fuerte que el de los estudios. Los estudios los lleva bastante bien porque tiene todo muy organizado y aprendido. Además, creo que ha madurado más rápido de lo normal en este aspecto, pues muchas veces no le queda otra opción que organizarse sola; cuando está fuera por los torneos o por cualquier motivo tiene que ponerse a estudiar por su cuenta, buscar información en Internet, entender los conceptos y resolver lo que necesite. Esa autonomía le ha ayudado mucho a gestionar mejor sus responsabilidades.
P.: ¿Para qué tipo de familias y de estudiantes es ideal el homeschooling? ¿Es algo por lo que puede optar todo el mundo?
R.: El nivel en CIDEAD es realmente alto. Es duro y exigente, mucho más que el de una escuela convencional. Esto lo hace bastante complicado, porque los contenidos están muy por encima de la media. Yo he tenido la oportunidad de revisar todo lo que mi hija ha estado haciendo, y no es nada fácil. Para que pueda avanzar correctamente, necesitas contar con alguien preparado para enseñarle. Como madre, hay muchas cosas que no recuerdo o que no domino tan bien, y ponerse al día con todo eso no es sencillo. Por eso es fundamental tener a alguien que esté al día con los estudios actuales y que pueda guiarla de forma eficaz.
«Hay algo que no me termina de convencer, y es a quién va dirigido este sistema. En teoría, está pensado más para personas que estudian música o danza que para quienes practican deportes»
En cuanto a los estudios en general, si los comparas con los de una escuela presencial o con otro sistema, el nivel de CIDEAD es mucho más alto. Eso hace que, al final, quienes salen de allí estén muy capacitados para afrontar cualquier reto. Sin embargo, hay algo que no me termina de convencer, y es a quién va dirigido este sistema. En teoría, está pensado más para personas que estudian música o danza que para quienes practican deportes. Creo que todavía no hay suficiente conciencia de que deportes como el tenis, el balonmano o cualquier otra disciplina deberían estar al mismo nivel de reconocimiento. Por ejemplo, si mi hija hubiera estudiado música, habría podido acceder a CIDEAD sin problema, casi automáticamente. Pero en nuestro caso, el proceso fue muy complicado. Tuve que demostrar que ella entrenaba de forma constante, que dedicaba varias horas al día al tenis, no solo unas pocas horas a la semana. Aun así, tuve que luchar muchísimo para que la aceptaran. Siento que hay cierto grado de discriminación en función del tipo de actividad que realices, y eso es algo que debería cambiar.
Realmente, esta escolarización está más orientada a niños cuyos padres viajan mucho y están constantemente cambiando de ciudad. En esos casos, escolarizar a un niño de forma presencial, para que esté solo un mes en una escuela y luego trasladarlo a otra, resulta bastante complicado. Además, también está dirigida a familias en situaciones especiales, como gente que sufre acoso o malos tratos y necesita mantenerse en una especie de anonimato. En esos casos, no pueden escolarizar a los niños de manera tradicional por miedo a que el agresor los localice y pueda hacerles daño. Así que, en realidad, no es un sistema diseñado específicamente para deportistas.
P.: Ahora tu hija estudia en el IOC, ¿a qué se debe el cambio y qué otras ventajas tiene para ella estudiar de forma online además de la posibilidad de compaginarlo con el tenis?
R.: Este año ella está en 3.º de la ESO y, por eso, decidimos hacer el cambio al Institut Obert de Catalunya, para que no perdiera el catalán. Aquí el catalán es muy importante, especialmente pensando en su futuro. Si algún día deja el tenis o decide trabajar en Catalunya va a necesitarlo. Durante 6.º de primaria, 1.º y 2.º de la ESO, no tuvo Catalán en el plan de estudios con CIDEAD, y por eso vimos necesario el cambio. Ahora con el IOC todo está mucho más equilibrado en ese sentido, y ella está muy contenta.
«En una clase presencial con 25 alumnos, el tiempo real de aprendizaje se reduce mucho: entre las preguntas, las interrupciones y los imprevistos, la hora de clase a menudo se queda en 30 minutos efectivos»
El IOC y el CIDEAD son sistemas muy diferentes de la escuela tradicional, pero Lily prefiere mucho más este tipo de estudio online. Ella no quiere volver a una escuela presencial. Cree que se pierde demasiado tiempo entre las clases: entre que te sientas, empiezas, el recreo, la comida, entrar, salir… Si todo ese tiempo muerto se concentrara y se optimizara, las jornadas escolares serían mucho más cortas. Además, en una clase presencial con 25 alumnos, el tiempo real de aprendizaje se reduce mucho: entre las preguntas, las interrupciones y los imprevistos, la hora de clase a menudo se queda en 30 minutos efectivos. En cambio, estudiando online, se aprovecha todo al máximo. Sin distracciones, puedes concentrarte y avanzar mucho más rápido. Lily puede completar en dos o tres horas al día lo que un niño en una escuela presencial necesitaría desde las 9 de la mañana hasta las 4:30 de la tarde. Este es un sistema mucho más eficiente y fluido para ella.
P.: ¿Qué consejos o recomendaciones darías a otras familias que estén considerando la opción del homeschooling para sus propios hijos?
R.: Mi consejo para quien quiera estudiar online es que se prepare, porque entrar es muy difícil. Ahora, además, están planteándose quitar programas como CIDEAD, especialmente para temas deportivos. No sé exactamente por qué, pero parece que la educación presencial se sigue considerando mejor, supongo que por la parte social, que ellos creen fundamental. Sin embargo, hay casos donde el estudio online es una solución ideal, como en el caso de Lily.
Si te soy sincera, hay niños a los que no les gusta estudiar, y en un instituto convencional pueden acabar influenciados negativamente por otros compañeros. Es cierto que hay sistemas más estrictos hoy en día: las faltas se notifican a los padres de inmediato por aplicaciones, y los retrasos pueden acarrear sanciones como tareas comunitarias. También están intentando eliminar los móviles en las escuelas, algo que me parece genial porque eso ayuda a reducir distracciones. Aun así, no todos los niños aprovechan estas estructuras para seguir un camino académico positivo.
«Si no existieran estas plataformas, sería casi imposible compaginar el nivel de exigencia de los entrenamientos y torneos con un calendario escolar tradicional. No hay tiempo material para hacerlo todo»
Para niñas como Lily, que combinan los estudios con un deporte a nivel competitivo, estudiar en una plataforma online es prácticamente la única opción viable. Si no existieran estas plataformas, sería casi imposible compaginar el nivel de exigencia de los entrenamientos y torneos con un calendario escolar tradicional. No hay tiempo material para hacerlo todo.
Ahora bien, si decides que tu hijo estudie en casa, el proceso es largo y complicado. Lo primero es hablar con la escuela donde está matriculado y explicar el motivo: puede ser por viajes frecuentes, deporte o incluso situaciones de bullying y malos tratos. Después, la dirección de la escuela contacta con un representante de educación para evaluar si tu hijo es apto para esta modalidad. Si te dan luz verde, tendrás que presentar mucha documentación y esperar a que se tome una decisión. No es algo que puedas decidir por ti mismo, como si cambiaras de una escuela presencial a otra. Es un sistema con mucho papeleo y trabas, lo cual demuestra que estamos bastante atrasados en este tema.
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