Storytelling educativo
Una herramienta para captar la atención de nuestro alumnado
En un mundo en el que las pantallas digitales han secuestrado nuestra atención, los docentes en el aula se enfrentan al reto de atraer la atención de su alumnado, un desafío que exige innovar y ser creativos. El storytelling, narrar historias, es uno de los recursos más efectivos para hacer frente a este reto. Si bien contar historias para transmitir conocimientos es una técnica milenaria, sigue siendo una de las mejores formas de atraer y convencer al público. Solo hay que ver el gran uso que se le da desde la publicidad.
Las historias motivan al alumnado
En este sentido, la educación es también uno de los ámbitos en los que el arte de contar historias se convierte en una herramienta imprescindible. De hecho, algunos de sus beneficios para los estudiantes son la motivación, la mejora de la comprensión, de la capacidad analítica y de síntesis, el desarrollo de la imaginación y pensamiento creativo, la empatía, y la estimulación del pensamiento crítico.
Storytelling aplicado al aula
Es innegable el poder de la narración para transformar el aula. Si quieres convertir tu clase en una historia que cuenten los alumnos con entusiasmo ten en cuenta los siguientes consejos a tus contenidos.
Piensa en lo que les quieres transmitir y conéctalo a su contexto, a la realidad en que viven y el entorno en el que conviven. De esta forma lograrás que no vean tu asignatura como algo ajeno que no les servirá para nada, sino como un conocimiento útil que pueden aplicar en la práctica.
Como profesor o profesora, solo tu conoces a tus alumnos, así que construye un relato con un lenguaje que entiendan. No dejes de usar la fórmula estrella (planteamiento, nudo y desenlace); es como la receta de la abuela, siempre funciona.
Impacto, emoción y provocación son los ingredientes clave de las buenas historias
Impactar, emocionar y provocar es lo que tienes que conseguir con tu historia. Solo así lograrás captar la atención de tus alumnos. Para esto tus mejores aliados son la creatividad, la voz y el humor. Arriésgate a romper con lo tradicional presentando relatos totalmente inesperados, juega con tu voz para generar expectación, y utiliza el humor para conectar emocionalmente con ellos y que se produzca una complicidad entre profesor y alumno.
Arriesgar también implica hacer uso de todos los recursos a nuestro alcance para darles más vida a nuestras historias, así que apuesta por relatos dinámicos y multiplataforma; algunas de las propuestas para ello serían la creación de historias audiovisuales con imágenes digitales animadas o vídeos cortos, las performances, el arte, la música, entre otros.
Por último, no olvides que el propósito principal de tu historia es conseguir que los alumnos comprendan los conceptos de tu asignatura y reflexionen sobre ello, por lo que la historia debe terminar con una moraleja. El final no siempre tiene que ser definitivo, puede ser abierto, pero es importante que tras la actividad dialogues con ellos sobre las conclusiones extraídas.
Fuentes
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7440188
Proyecto trinchera
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