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La crisis política en Brasil: ¿hacia dónde va la educación del país?

Un análisis comparativo de la educación durante los gobiernos de Bolsonaro y Lula

Desde la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2015 la política brasileña ha vivido años convulsos; Brasil no solamente estuvo gobernado por un presidente acusado de corrupción (Michel Temer ), sino que durante toda una legislatura el país estuvo bajo el mando de Jair Bolsonaro, de extrema derecha y conocido por ser un gobernador polémico.

Las últimas elecciones llevadas a cabo supusieron una coyuntura en el tiempo; el país se dividió en dos figuras que quedarán marcadas para siempre en la historia brasileña. Bolsonaro en estas elecciones celebradas a finales de 2022 no pudo repetir la hazaña de ser reelegido, y vio a su principal oponente, Luiz Inácio Lula do Brasil, llegar a la presidencia por tercera vez después de haber gobernado durante 8 años (2003-2010).

La educación es uno de los sectores en los que se ve reflejado el contraste de los dos gobiernos (Lula y Bolsonaro). Los brasileños Edmilsa Santana, pedagoga, docente de escuela pública y especialista en Gestión Escolar y Educación en Redes Públicas; y Heleno Araujo, docente de educación básica, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y miembro de la Coordinación del Foro Nacional Popular de Educación (FNPE), hacen una comparativa de la situación de la educación en el país durante estos dos gobiernos. El funcionamiento del ministerio de Educación, la implementación de programas gubernamentales de educación, la inversión en investigación y universidades federales del país, y la presencia de ideologías en la educación son los ejes debatidos durante su conversación.

En el gobierno de Bolsonaro, hubo un desmantelamiento del Ministerio de Educación y sus órganos relacionados, así como de cinco ministros de educación, todos involucrados en escándalos. La docente Edmilsa Santana evalúa este escenario como “desastroso y un revés para la educación brasileña, ya que en el gobierno de Lula al menos tuvimos al ministro Fernando Haddad, que también era docente, y tuvo un rol único dentro del gobierno de Lula donde se valoraba al docente, algo que no ocurría en el gobierno bolsonarista”, apunta. De hecho, según afirma Santana, “el ENEM y otros programas educativos han entrado en crisis debido a los diversos intentos de injerencia política del gobierno de Bolsonaro”; Denuncias de corrupción por doquier, detenciones de ministros y creación de escuelas cívico-militares que corroboraban las ideas del gobierno han estado muy presentes. A este respecto, el profesor Heleno Araujo considera que “el gobierno bolsonarista no ha podido alcanzar las metas y estrategias para la educación pública en el país por el desvío de recursos financieros”.

“Hubo recortes en los recursos educativos desde los jardines de infancia hasta las universidades públicas”

Del mismo modo, en el gobierno bolsonarista, uno de los pilares defendidos en su programa de gobierno fue la asignación de más dinero a la educación básica que a la superior. Sin embargo, después de cuatro años, disminuyeron los porcentajes asignados a ambas áreas. La profesora Santana declara que “hubo recortes en los recursos educativos desde los jardines de infancia hasta las universidades públicas, denuncias de corrupción dentro del Ministerio de Educación y falta de inversión en tecnología”. “La inversión en educación se reducía cada año”, coincide el profesor Araujo.

En comparación, en el gobierno de Lula se pusieron en marcha varios programas educativos como el PROUNI (Programa Universidad para Todos), el REUNI (Programa de Apoyo a los Planes de Reestructuración y Expansión de las Universidades Federales), Camino de la Escuela y FUNDEB. De hecho, Santana confiesa que sus hijos y hermanas de colegios públicos accedieron a una universidad federal gracias a PROUNI. Por su parte, Araujo recuerda que durante esta época se equiparon las universidades y se realizaron concursos públicos de profesores, además de aumentar los recursos económicos para la investigación, y conceder una mayor autonomía a las universidades y otros programas de educación superior.

“Prácticamente no existía el ministerio de educación”

“Bolsonaro durante su presidencia realizó un ataque sistémico a la educación pública”

La conclusión de ambos docentes es que el gobierno de Bolsonaro se quedó muy corto en términos de educación. Santana asegura que hubo “un descontrol donde prácticamente no existía el Ministerio de Educación”. Al respecto, el profesor Araujo recalcó que Bolsonaro durante su presidencia realizó un “ataque sistémico a la educación pública”, mediante la construcción de guarderías inconclusas y una reducción de los presupuestos de los institutos federales y universidades públicas; “el presidente atacó directamente a los maestros y trabajó duro para privatizar la educación pública”, denuncia.

“El gobierno de Lula estuvo marcado por conquistas históricas para la educación pública”

Tanto Santana como Araujo destacan que el gobierno de Lula trajo grandes mejoras en ese sentido. La profesora Edmilsa Santana calificó de “revolución” los cambios en la educación que han tenido lugar durante el gobierno de Lula, principalmente por los programas e inversiones en educación, y el profesor Heleno Araujo se muestra de acuerdo con este punto al afirmar que “el gobierno de Lula estuvo marcado por conquistas históricas para la educación pública”. Del mismo modo, el profesor subraya que en aquella época los docentes consiguieron el salario mínimo, el gobierno incrementó los recursos económicos para la educación a través del plan nacional de educación (PNE), se implementó el FUNDEB (Fondo para el Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica y la Valoración de los Profesionales de la Educación), y se destinaron recursos para la formación continua del profesorado.

Por otra parte, una de las ideologías más promovidas por el gobierno de Bolsonaro fue la de eximir al Estado de la responsabilidad de la educación de los niños y jóvenes brasileños, alegando que los padres son los principales actores en la educación. El presidente sigue defendiendo la “enseñanza en casa” y prioriza las Matemáticas, el Portugués, la Historia, la Geografía, y las Ciencias, pero solo si están directamente vinculadas al pensamiento de su gobierno. Araujo alerta del peligro social que supone esta ideología para el país, “ya que es un ataque directo a la educación pública brasileña”. De hecho, él ha sido uno de los opositores a la propuesta de educación en el hogar durante el mandato de Bolsonaro. En este sentido, Santana señala que “la educación no es obra de un solista, sea orquesta o no”, y piensa que “las ideologías bolsonaristas son degenerativas y tienen un impacto muy negativo en la sociedad brasileña”.

“Los programas creados en el gobierno de Lula no solo ayudaron a los pobres, sino también a otras minorías”

Mientras Bolsonaro defiende la educación en el hogar, Lula quiere que más personas tengan acceso a la educación, y durante su anterior mandato reestructuró el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM). Santana valora positivamente los proyectos sociales implementados durante este gobierno porque considera que “fueron generadores de oportunidades para estudiantes pobres provenientes de escuelas públicas”. De hecho, según apunta Araujo, “los programas creados en el gobierno de Lula no solo ayudaron a los pobres, sino que también plantearon cuestiones como la política de cuotas para negros, indígenas y quilombolas”.

Tras dos décadas marcadas por los contrastes políticos en los que Brasil ha experimentado momentos de crecimiento y de retroceso, es preciso mirar al futuro de su educación con una visión realista. Los dos profesores esperan que, por el bien de la educación y del país, políticos igual que Bolsonaro no alcancen la presidencia; si ello sucede Heleno Araujo augura una tragedia, porque “aumentaría el descuido y abandono de toda la educación pública y se reducirían cada vez más los recursos económicos destinados a ella”. Al respecto, Edmilsa Santana confiesa que tenía miedo de que eso sucediera, “porque la ideología antidemocrática de Bolsonaro podría conducir a la rebelión del pueblo que probablemente desembocaría en una guerra civil”.

El triunfo de Lula sobre la extrema derecha constituye una “esperanza para la educación” en palabras de Edmilsa Santana: “estamos iniciando una nueva era en la educación brasileña en la que espero que el nuevo presidente rescate los principios democráticos de la educación”, ha declarado. Heleno Araujo también cree en este cambio positivo, aunque advierte de que para ello “será necesario restablecer la estructura que garantice la participación social y popular en la elaboración de las políticas educativas”.

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