Inicio Estudiantes ¿Estudiar un doctorado compensa laboralmente en España?
España   Catalunia

¿Estudiar un doctorado compensa laboralmente en España?

No todos los doctores y doctoras pueden dedicarse a la investigación en España

El doctorado es el grado académico más elevado en las universidades, y el último escalón para ser considerado oficialmente investigador o investigadora. Desde esta tarima es desde donde se genera el conocimiento que luego podrá ser beneficioso para la sociedad. Para alcanzar este grado los estudiantes pasan un promedio de 8 años en la universidad, de los cuales 3 como mínimo son dedicados a la investigación de la tesis doctoral.

La tasa de paro de los doctores y doctoras es la más baja

Los últimos datos sobre la inserción laboral en Catalunya indican que los estudiantes que terminan el doctorado tienen una tasa de ocupación elevada; su tasa de paro tan solo es del 1,7 %, según el último informe de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari (AQU Catalunya), el 4 % a nivel estatal.

Año tras año el número de estudiantes que deciden lanzarse a la aventura del doctorado se mantiene. Las estadísticas del Ministerio de Universidades muestran que esta cifra no baja de los 90 000 matriculados y que incluso en ocasiones aumenta; de hecho, en el curso de 2021-2022 se matricularon un total de 93 652 alumnos en las universidades españolas, un 4 % más en comparación con el curso anterior.

No obstante, el número de tesis leídas (11 344) muestra que tan solo una pequeña parte de los matriculados llegan a terminar el doctorado, pues muchos abandonan por el camino, bien por causas económicas, por falta de motivación, por desacuerdos con el director de tesis o por otras cuestiones personales.

Más allá de centrarnos en los que abandonan, nuestro foco en este artículo se dirige hacia los que terminan: ¿qué pasa una vez finalizado el doctorado? ¿Consiguen un empleo? ¿Dónde trabajan? ¿Cuánto cobran? ¿Qué funciones ejercen?

Centrándonos en el caso de Catalunya, una de las comunidades en la que más número de tesis se defienden junto con Madrid, los datos señalan que el 95 % de los doctores consiguen trabajo a los 3 años de haber finalizado los estudios.

Muchos de los nuevos doctores trabajan en empresas (el 59 %), lo que indica una tendencia al alza de las contrataciones en el sector privado, y una bajada del porcentaje de nuevas incorporaciones en las universidades. Hoy tan solo el 25 % de nuevos doctores consiguen un puesto en la universidad. El 15 % restante están empleados en centros de investigación.

La mayoría de doctores y doctoras trabajan en empresas desempeñando tareas para las que están sobrecualificados

Respecto a sus tareas diarias, si bien el 52 % realizan funciones propias del nivel de doctorado en su trabajo, el 48 % son personas doctoradas sobrecualificadas, es decir, desarrollan funciones de nivel inferior a las propias del doctorado. Los doctores y doctoras de ciencias experimentales son los que consiguen más puestos con funciones acordes con su nivel educativo (el 58 %), mientras que en la rama de humanidades tan solo el 42 % lo logran.

Desde 2011 se viene observando una disminución de los doctores y doctoras que ocupan puestos acordes con su formación debido, en parte, a la alta incorporación de estos titulados al sector privado. Así se interpretan las estadísticas que indican que solamente el 33 % de los empleados por las empresas realizan tareas de investigación, frente al 82 % en las universidades y al 72 % en los centros de investigación.

Ante la dificultad de conseguir buenos empleos, una de las alternativas por la que optan algunos titulados para encontrar puestos acordes con su formación es la movilidad internacional. Entre los doctores y doctoras solo el 5 % deciden probar suerte en otros países, logrando muchos de ellos resultados positivos, con puestos estables en universidades internacionales, y desarrollando tareas de investigación de acuerdo con su formación.

En España la estabilidad laboral de los doctores y doctoras solamente es elevada en el caso de los titulados en Ciencias de la Salud, en comparación con otros ámbitos como Humanidades o Ciencias Sociales, en los que es más complicado conseguir un contrato fijo.

Los que se doctoran en Humanidades cobran menos y ocupan puestos de menor responsabilidad

Es verdad que en lo referente a salarios el 84 % de estos profesionales cobra más de 2000 euros, pero hay un 15 % que no alcanza esta cifra, muchos de los cuales pertenecen, una vez más, a la rama de Humanidades. Esto se debe en parte a que muchos doctores y doctoras de esta rama no ejercen cargos de responsabilidad, a diferencia de los doctores en Ciencias de la Salud, la mayoría de los cuales son cargos intermedios.

En España la ventaja que proporciona la educación superior en el mercado laboral es inferior en comparación con otros países

Las perspectivas de mejora y promoción son una de las insatisfacciones expresadas por los doctores y doctoras, aspecto que califican con un 6,5. De hecho, el 18 % asegura que la falta de buenas salidas laborales es una de las razones por las que no volvería a cursar estudios de doctorado, y pruebas de ello no les faltan: según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en España la ventaja que proporciona la educación superior en el mercado laboral es inferior en comparación con otros países; concretamente, la diferencia en el empleo entre el nivel educativo más alto y el más bajo es de 24 puntos porcentuales, mientras que en el resto de países miembros de la OCDE es de 27.

La precariedad laboral alcanza a los doctores y doctoras de España a pesar de la bajada del desempleo

Los datos aquí expuestos dibujan una visión positiva del futuro de los estudiantes de doctorado. No cabe duda de que sus probabilidades de encontrar un empleo tras defender la tesis son muy altas; sin embargo, ¿qué tipo de empleo? ¿A qué coste? ¿Compensa los años de dedicación y esfuerzo realizados? La realidad se impone a las estadísticas mostrando los indicios de una precariedad en un sistema universitario rígido que necesita una reforma urgente, que precisa explorar nuevas formas de hacer ciencia que estén más conectadas con las necesidades sociales, que requiere de más financiación para invertir en investigación, y una reformulación del plan de estudios de sus titulaciones doctorales.

No es normal que el salario promedio al que pueda aspirar un doctor o doctora en España no alcance los 3000 euros, algo totalmente incongruente en otros países como Austria o Estados Unidos en los que el salario promedio puede llegar a superar los 5000 euros. Una mayor inversión en I+D+i podría ser el primer paso, pues mientras en países como Bélgica la inversión en investigación se sitúa alrededor del 3 % del PIB, en España apenas alcanza el 1,5 %.

La I+D+i es esencial para ser competitivos en la actual economía global, y los doctores y doctoras son el recurso humano imprescindible para el impulso de esta investigación, por lo que es vital revisar las políticas actuales orientadas a la financiación de las carreras investigadoras. No olvidemos que las rentas del trabajo de este colectivo impactan positivamente en la actividad económica de los países, aportando alrededor del 0,4 % al producto interior bruto medio de los países de la OCDE.

Fuentes:

https://govern.cat/salapremsa/notes-premsa/540442/lenquesta-dinsercio-laboral-dels-titulats-universitaris-mostra-dades-plena-ocupacio-masters-doctorats

https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/3695/Crespi_Femenia_Margarita.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://www.aqu.cat/es/Estudios/Difusion/Publicaciones/Insercion-laboral-titulados

https://www.universidades.gob.es/wp-content/uploads/2023/04/DyC_2023_web_v2.pdf

Sin Comentarios

Escribe un comentario

Tu correo electrónico no se publicará