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El eterno suspenso en inglés

El estudiantado pierde oportunidades laborales por no tener el nivel suficiente

Solo el 30 % de los jóvenes en nuestro país tiene un nivel aceptable en inglés, aunque es una asignatura obligatoria desde primaria. Este hecho repercute en las vidas de los jóvenes; así lo demuestra un estudio, según el cual el 51 % de los estudiantes ha perdido alguna oportunidad laboral por no tener o no poder demostrar el nivel suficiente de inglés a la hora de enfrentarse a una entrevista.

Estas cifras contrastadas son una decepcionante demostración del preocupante descenso del interés en los idiomas, y de la falta de formación conveniente que dé respuesta a las demandas académicas y laborales a las que los estudiantes deberán hacer frente en su futuro.

Son múltiples las causas que barajan los expertos en la materia: se habla, por una parte, del momento en que se introduce el idioma como asignatura, que hasta hace poco era la educación primaria y desde 2018 se empieza directamente en infantil. No obstante, esta opinión entra en conflicto con estudios que marcan la infancia como la etapa adecuada para iniciarse en una lengua extranjera.

La metodología de aprendizaje que utiliza el docente influye en el resultado

Por otra parte, también se apunta a la falta de efectividad de las metodologías de aprendizaje empleadas; por experiencia propia todos sabemos que durante los seis años de la primaria y los cuatro de la secundaria los protagonistas en las clases de inglés han sido la gramática y los eternos ejercicios de expresión escrita, lo que deja en un segundo plano la comprensión oral y auditiva, que son fundamentales para el correcto dominio de una lengua.

Esta segunda causa es quizás la más acertada. Estudios como el de Barberán Álvarez y Reza Segovia (2021) ponen de manifiesto cómo la aplicación de métodos pedagógicos innovadores y dinámicos en el aula como la metodología Content Language Integrated Learning (CLIL) facilitan la adquisición de una segunda lengua o una tercera.

En las escuelas de nuestro país se han probado estrategias de todo tipo con resultados desalentadores. El bilingüismo ha sido una de las técnicas más incentivadas. Funciona con las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas, pero en el caso del inglés no ha habido resultados muy destacables, ya que una de las problemáticas es la dificultad de encontrar docentes especializados en determinadas materias que además sean capaces de impartirlas íntegramente en inglés. Por descontado, el o la maestra de inglés no puede impartir otras asignaturas como ciencias o matemáticas si no tiene la formación específica para ello.

La falta de confianza puede enlentecer nuestro aprendizaje

Otros aspectos limitantes que señalan los expertos son la falta de confianza, la vergüenza a la hora de hablar un idioma que no es el propio y la falta de práctica contínua en el día a día. Es muy habitual asistir a clases de inglés en la escuela o en una academia dos veces por semana, pero pocos son los momentos del día en los que decidimos, por propia iniciativa, hablar, escuchar o leer en inglés. Si queremos adquirir una lengua debemos sumergirnos en ella, introducirla en nuestra rutina hasta que forme parte de nosotros. No es una cuestión de saber formar frases solamente, se trata de conseguir adoptar las formas de expresarse propias de esta lengua.

En la actualidad el dominio de idiomas es una necesidad, no un añadido al currículum. Contar con esta competencia proporciona beneficios académicos, acceso a estudios superiores internacionales, másteres o posgrados con más facilidad y al aprendizaje y enriquecimiento en sí de la cultura y comunicación en otras lenguas, además de mejores oportunidades laborales.

La habilidad de aprender nuevos idiomas no es un don, la clave está en la motivación. En este sentido, Alastair Banton, maestra en una escuela privada en el Reino Unido y anteriormente profesora de inglés en Japón, a la pregunta de cuál es el secreto de un aprendizaje satisfactorio de las lenguas respondió en una entrevista que «lo más importante es la voluntad de aprender, la convicción personal de poder llegar a hablar de manera fluida y aceptable en un entorno nativo sin prejuicios».

Directivos, cargos intermedios y empleados llevan más de 10 años aprendiendo inglés sin llegar a alcanzar un nivel adecuado para el puesto de trabajo que ocupan

Aunque en los últimos años el nivel de inglés ha mejorado considerablemente en nuestro país, no se termina de alcanzar las expectativas pedagógicas respecto a otros países de la Unión Europea. Según los resultados del informe Bussiness English 2023, elaborado por Twenix, los cargos intermedios (62 %), directivos (60 %) y empleados (58 %) llevan más de 10 años aprendiendo inglés sin llegar a alcanzar un nivel adecuado para el puesto de trabajo que ocupan. En opinión del CEO de esta empresa, Jorge Moreno, «todo tiene que ver con un enfoque inadecuado desde las escuelas con un aprendizaje rígido y tedioso, mucha gramática y un concepto de los idiomas como una asignatura más donde interesa alcanzar determinadas competencias, no por el placer de aprender», afirma en una entrevista.

En este mundo hipertecnológico y audiovisual disponemos de infinidad de recursos, plataformas e itinerarios formativos para encauzar la desidia y hacer atractivo el estudio y la práctica de los idiomas. En esta revolución el diálogo y el interés deben ganar protagonismo en las aulas, el estudiante debe sentir que realmente se involucra a nivel mental, físico y emocional con el idioma para hacerlo suyo. Las prácticas de conversación deben ser de interés para estudiantes, empleados de empresas o particulares que necesitan una mejora sustancial en su nivel de idiomas, con contenidos lúdicos y actuales, motivadores a la hora de aprender. Metodologías como la gamificación son un buen comienzo.

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