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Retrato robot de la persona con piromanía

Varón, joven y con problemas de salud mental

Los incendios forestales son una de las catástrofes ambientales más destructivas, pues afectan a vastas áreas de vegetación, fauna y, en muchos casos, comunidades humanas. A pesar de la sofisticación de las técnicas de prevención y extinción, la naturaleza humana sigue siendo un factor determinante en la ocurrencia de estos desastres. De hecho, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), más del 96 % de los incendios son provocados por la acción humana. En los primeros 5 meses de 2024 ya se tiene constancia de al menos 2444 siniestros en todo el territorio, 5 de los cuales son grandes incendios, cada uno de los cuales ha afectado a más de 500 hectáreas.

Una de las causas de estos incendios provocados, aunque no la mayoritaria, se encuentra en el estado de salud mental de un pequeño porcentaje de la población: se trata de la piromanía, un trastorno del control de los impulsos caracterizado por una necesidad incontrolable de iniciar incendios. Este trastorno se manifiesta con un aumento súbito de la tensión que los individuos afectados sienten la necesidad de aliviar provocando un incendio. Tras iniciar el fuego o ver sus consecuencias, experimentan una intensa sensación de bienestar, similar a lo que ocurre en trastornos de ansiedad, dependencia y otros trastornos de adicción o el trastorno obsesivo compulsivo.

Se estima que el 3 % de la población puede presentar trastorno de piromanía

La piromanía es un diagnóstico psiquiátrico reconocido por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (conocido como DSM-V, por sus siglas en inglés), ubicado entre los trastornos del control de impulsos. Aunque su prevalencia exacta no está bien establecida, se estima que afecta aproximadamente al 3 % de la población, con una mayor incidencia en hombres, y se desarrolla durante la adolescencia.

El diagnóstico de piromanía se realiza cuando una persona ha provocado incendios de forma deliberada en más de una ocasión, sintiendo tensión antes de iniciar el fuego y alivio después. Es crucial destacar que la piromanía no persigue beneficios económicos, personales o sociales, diferenciándose así de los actos incendiarios motivados por otros fines.

Una cosa es ser incendiario, y otra bien diferente tener piromanía

Uno de los aspectos más confusos para el público y, a menudo, para los medios de comunicación mainstream es la diferenciación entre pirómanos e incendiarios. Mientras que los incendiarios provocan incendios con objetivos específicos, como obtener un beneficio económico, venganza o llamar la atención, las personas con piromanía lo hacen por la gratificación psicológica que les proporciona el fuego. Según los expertos, menos del 1 % de los incendios forestales en España son provocados por pirómanos, aunque su comportamiento sigue siendo extremadamente peligroso y dañino.

Las personas con este trastorno presentan una fascinación inusual por el fuego y, en muchos casos, intentan vincularse a trabajos relacionados con la gestión de incendios, como los cuerpos de bomberos. Paradójicamente, algunos de ellos participan en la extinción de los incendios que ellos mismos han iniciado, con el fin de observar de cerca los efectos de las llamas.

Perfil y diagnóstico

El perfil del pirómano suele incluir a varones jóvenes con antecedentes de frustraciones y desajustes emocionales, bajo rendimiento escolar y profesional, y a menudo otros trastornos psiquiátricos como depresión o tentativa de suicidio. Este trastorno, que puede desarrollarse desde la infancia, también está asociado con un cociente intelectual bajo y una personalidad aislada.

El tratamiento de esta patología de salud mental incluye tanto farmacoterapia como psicoterapia. Se han propuesto diversos medicamentos como, por ejemplo, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, antiepilépticos, litio, antiandrógenos y antipsicóticos atípicos. En el ámbito de la psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual es fundamental, utilizando técnicas de control de impulsos, resolución de conflictos, relajación y programas de tratamiento diurno.

La prevención es clave para reducir la incidencia de incendios provocados por personas que presentan este trastorno. Identificar y tratar a tiempo a las personas con tendencias piromaniacas puede evitar muchas de estas catástrofes. Especialmente en España, donde el factor humano es responsable del 96 % de los incendios forestales, es esencial crear una conciencia del riesgo y la necesidad de intervenir tempranamente.

Fuentes:

https://www.epdata.es/datos/incendios-forestales-datos-estadisticas-cifras/267

https://elobservatoriosocial.fundacionlacaixa.org/es/-/incendios-forestales-en-espana-importancia-diagnostico-y-propuestas-para-un-futuro-mas-sostenible

https://theconversation.com/el-cambio-climatico-ha-aumentado-el-riesgo-de-incendios-pero-aun-podemos-influir-en-como-y-donde-se-producen-186360

https://es.wri.org/insights/los-ultimos-datos-lo-confirman-los-incendios-forestales-estan-empeorando

https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/bosques/incendios-forestales/

https://psicologiaymente.com/clinica/piromania

https://neuro-class.com/piromania-un-impulso-por-el-fuego/

https://fundacionaon.es/piromania-incendio-origen-trastorno-mental/

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