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Ciudades inteligentes, datos, privacidad e IA

Reflexiones post-Smart City Congress

Las ciudades inteligentes, que aprovechan las tecnologías para mejorar la vida urbana, son una realidad cada vez más cercana. Con el auge de la digitalización, la integración de datos en tiempo real, la inteligencia artificial (IA) y la videovigilancia, las urbes están evolucionando hacia entornos más eficientes, sostenibles y seguros. Sin embargo, esta transformación trae consigo importantes desafíos, especialmente en lo que respecta a la privacidad y el uso ético de los datos.

Durante el Smart City Expo World Congress (SCEWC) 2024, que se celebró del 5 al 7 de noviembre en Barcelona, se debatió sobre el futuro de las ciudades, abordando cuestiones clave de la digitalización urbana.

Bajo el lema «Live Better», la edición de 2024 se centra en la transformación de las ciudades en espacios más sostenibles, eficientes y habitables. El programa de este año se articuló en torno a ocho temas clave: tecnologías habilitadoras, energía y medio ambiente, movilidad, gobernanza, vida e inclusión, economía, infraestructuras y edificios, y seguridad y protección.

Desde Inèdit hemos aprovechado para consultar a las empresas sobre el equilibrio entre el progreso tecnológico y la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como la privacidad. Entrevistamos a expertos de empresas tecnológicas como Axis Communications, Lobelia Earth y Genetec, quienes compartieron sus perspectivas sobre cómo la tecnología puede mejorar la vida urbana sin comprometer la privacidad.

La inteligencia artificial y los datos, claves para la transformación urbana

En las ciudades inteligentes, la recopilación y el análisis de datos son fundamentales para optimizar el uso de los recursos y mejorar la calidad de vida. Sensores, cámaras, plataformas IoT y otros dispositivos digitales generan enormes cantidades de información que, procesada adecuadamente, puede ayudar a mejorar la movilidad, reducir el consumo energético y gestionar los servicios públicos de forma más eficiente.

Pedro Naval Potro, de Axis Communications, nos explicó cómo la tecnología está transformando la videovigilancia: «Hoy en día las cámaras no solo sirven para vigilar, sino que generan datos que pueden ayudar a las administraciones a tomar decisiones más informadas. Estas cámaras, equipadas con IA, permiten procesar datos directamente en el dispositivo, lo que mejora la eficiencia y reduce el riesgo de invadir la privacidad de los ciudadanos».

Además, la inteligencia artificial permite hacer predicciones basadas en los datos recopilados. En este sentido, Genetec se especializa en unificar y transformar la información de diversos dispositivos para mejorar la seguridad y la toma de decisiones en tiempo real. Gonzalo Herranz, de Genetec, aseguró que su  plataforma no solo integra imágenes de cámaras de seguridad, sino que también recoge datos de dispositivos IoT, lo que permite optimizar la respuesta ante incidentes y tomar decisiones más rápidas y acertadas: «La analítica de las cámaras es superpotente, y se utilizan para hacer búsquedas por apariencia. Estos datos se analizan y transforman en información valiosa que ayuda a la toma de decisiones», explicó.

Privacidad en la era digital: ¿una cuestión de equilibrio?

El uso de tecnologías como la videovigilancia y la recopilación de datos plantea importantes preocupaciones sobre la privacidad de los individuos. El simple hecho de tener cámaras grabando constantemente puede resultar invasivo si no se gestionan adecuadamente los datos personales que se recogen.

La clave, como señalaron desde Lobelia Earth, está en encontrar un equilibrio entre la seguridad y la privacidad. Thaïs Fontenele, de Lobelia, afirmó que en su empresa, que trabaja con datos de satélites y análisis de calidad del aire, se cuidan de comprometer la privacidad. «Cuando combinamos datos satelitales con proxies como la intensidad del tráfico o la densidad poblacional, no estamos mostrando imágenes individuales, sino transformando los datos en información útil para la administración y la ciudadanía», subrayó Fontenele.

Por otro lado, Pedro Naval Potro también destacó la importancia de la regulación: «Es fundamental que la implementación de tecnologías como la videovigilancia se haga bajo estrictas normativas. No puede poner cualquiera una cámara apuntando a una plaza sin el debido permiso», afirmó, recordando que la transparencia y la regulación son esenciales para evitar abusos.

La inteligencia artificial como aliada en la sostenibilidad y la seguridad

Más allá de la seguridad, la inteligencia artificial también tiene un papel crucial en la creación de entornos urbanos más sostenibles. Los avances tecnológicos permiten gestionar de manera más eficiente los recursos energéticos, reducir las emisiones de carbono y planificar infraestructuras urbanas más verdes.

Según Pedro Naval Potro, la IA tiene un gran potencial para mejorar la eficiencia en áreas como el transporte: «Hoy en día las cámaras no solo sirven para vigilar, sino que, con la IA, podemos gestionar el tráfico de manera más eficiente, predecir los picos de congestión y ayudar a las autoridades a tomar decisiones informadas sobre la movilidad urbana».

En el ámbito ambiental, Fontenele destacó cómo el uso de datos satelitales está ayudando a las ciudades a planificar intervenciones más sostenibles: «El análisis de la calidad del aire a nivel de calle, por ejemplo, permite que las administraciones puedan implementar proyectos de zonas de bajas emisiones de forma más precisa y cuantificada», comentó.

Ciudades del futuro

El SCEWC 2024 puso énfasis en que las ciudades del futuro no solo deben ser más inteligentes, sino también más humanas y habitables. La digitalización urbana debe ser pensada no solo desde la perspectiva de la eficiencia, sino también desde la equidad y la justicia social. Es necesario garantizar que las tecnologías no se utilicen de manera discriminatoria y que se minimicen los riesgos de vigilancia excesiva o de abuso de poder.

La colaboración entre los gobiernos, las empresas tecnológicas y la ciudadanía será clave para asegurar que las innovaciones tecnológicas se implementen de manera inclusiva y equitativa. Fontenele afirmó: «El uso de tecnologías para el beneficio de todos debe ser accesible y comprensible para todos los ciudadanos, de manera que puedan comprender cómo se utilizan los datos y con qué fines».

El análisis de estos datos se complementa con una fuerte normativa que regule su uso, tal como señaló Herranz: «Somos conscientes de que, para operar a nivel global, debemos cumplir con las legislaciones de cada región, y para ello somos completamente transparentes en cuanto a las normativas que seguimos», remarcó. Esta perspectiva de cumplimiento normativo es esencial en la construcción de confianza en las tecnologías de videovigilancia y otros sistemas de monitoreo urbano.

Las ciudades inteligentes son una promesa de futuro que, cada vez más, deviene una realidad tangible. Con tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la videovigilancia y el análisis de datos, las urbes pueden ser más sostenibles, seguras y eficientes. Sin embargo, no podemos perder de vista los riesgos inherentes a la digitalización y la necesidad de una regulación adecuada que garantice la privacidad y el bienestar de los ciudadanos.

Fuente: inèdit Agencia.

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