Pobreza infantil
Nuestro mayor fracaso
Cuando hablamos de pobreza generalmente pensamos en personas de otros lugares, que viven en países subdesarrollados o en vías de desarrollo, pero nunca imaginamos que la pobreza es algo que está más cerca de nosotros de lo que creemos. La palabra ‘primer mundo’ con la que calificamos al viejo continente parece dar a entender que tales males no lo asolan, o al menos no tanto, algo totalmente alejado a la realidad actual. De hecho, la infancia es una de las más afectadas por esta adversidad: Según el último informe de Save The Children, más de 19,6 millones de niños y niñas viven en situación de pobreza o exclusión social en los países de la Unión Europea (UE), 200.000 más que el año anterior. Esto implica que en Europa una de cada cuatro personas menores de edad se encuentra en esta situación.
En Europa una de cada cuatro personas menores de edad es pobre
La pobreza, un fenómeno antiguo que Naciones Unidas (ONU) define como la condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, supone para las personas afectadas una falta de acceso a lo más básico para sobrevivir dignamente en este planeta: alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación, e información.
El concepto de pobreza ha ido cambiando con el tiempo y los diferentes modos de vida; desde la antigüedad que se consideraba pobres a las personas sin armas, pasando por el medievo en el que los pobres eran el pueblo llano (campesinos en su mayoría). En las primeras ciudades la persona pobre era la que mendigaba por las calles, y más adelante fue aquella que no tiene un oficio especializado y no pertenece a ningún gremio. Hasta ese momento la pobreza se consideraba un fenómeno universal e inevitable, y no será hasta después de la revolución industrial que aparece la pobreza individual, aquella que azotó con fuerza a las clases obreras.
La globalización puede causar un aumento de la pobreza y el hambre
Sin embargo, la pobreza no deja de ser un problema social y colectivo; y es que, como señala el periodista Eric Frattiny, “la globalización puede causar un aumento de la pobreza y el hambre, que, a su vez, pueden desencadenar reacciones en cadena que a menudo conducen a formas muy dispares de violencia y a la corrupción desmedida”. De hecho, en alusión a esto último cabe recordar que la pobreza ha sido históricamente “la razón de cambios sociales, progresos técnicos, revoluciones, contrarrevoluciones”, como afirma el cronista Martín Caparrós en su libro dedicado a ‘el hambre’.
En España el coste anual de la pobreza infantil es de 63.079 millones de euros
El impacto económico de este problema en las sociedades está más que demostrado: el reciente informe ‘el coste de la pobreza infantil en España’ coordinado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil’ señala que en nuestro país el coste anual de la pobreza infantil es de 63.079 millones de euros, que equivalen a 1.300 euros por persona, lo que supone el 5,1% del PIB español de 2019. Las autoras del estudio subrayan que los resultados muestran que frenar la pobreza infantil, además de ser una cuestión de justicia social, también lo es de “inteligencia colectiva”, ya que “crecer en pobreza tiene costes a largo plazo, no solo a nivel individual, sino también para el conjunto de la sociedad”.
¿Qué pasa con la infancia en España?
En España viven más de 8 millones de niños, niñas y adolescentes. Uno de cada tres (el 33,4%) está en situación de riesgo de pobreza o exclusión, es decir, más de 2,7 millones. El porcentaje en el caso de las familias monomarentales es del 54,3%. Tanto las cifras como los porcentajes son muy similares a los de menores de 18 años que no pueden marcharse de vacaciones ni una semana al año. De hecho, poder irse o no de vacaciones es uno de los indicadores que se tienen en cuenta para medir el nivel de pobreza de los hogares.
Poder irse o no de vacaciones es uno de los indicadores que se tienen en cuenta para medir el nivel de pobreza de los hogares
Más de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes menores no pueden irse de vacaciones ni tan solo una semana
En este sentido, los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto de Estadística (INE) revelan que el 32,6% de los hogares no puede irse ni una semana de vacaciones al año fuera de casa, es decir, más de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años; el 50,1% en el caso de las familias monomarentales. Al respecto, Macarena Céspedes, directora de Incidencia e Investigación de Educo, explica que “durante las vacaciones escolares de Semana Santa, verano o Navidad, estos niños y niñas no tienen más horizonte que su barrio o su bloque de viviendas. Sus familias, que tienen serias dificultades económicas agravadas por el aumento desorbitado de precios de los últimos meses, no pueden permitirse ni una semana al año de vacaciones al campo o a la playa; una experiencia importante para su desarrollo. Muchos de ellos, además, se tienen que quedar todo el día solos y solas en casa mientras sus padres y madres trabajan”.
“Aquellos niños y niñas que van al comedor escolar durante el curso con una beca pública dejan de ir durante las vacaciones escolares, lo que pone en riesgo su alimentación”
Y es que, como bien remarca Céspedes, “para los niños y niñas disfrutar de las vacaciones es fundamental para su desarrollo. Viajar a otro lugar, participar en campamentos o hacer actividades deportivas y de ocio es imprescindible para su educación, ya que aprenden cosas distintas a las que se enseñan en el aula, se relacionan con otros niños y niñas y disfrutan de su tiempo libre. Cuando no pueden hacerlo, los efectos van más allá del aburrimiento o la falta de relaciones sociales. Aquellos niños y niñas que van al comedor escolar durante el curso con una beca pública dejan de ir durante las vacaciones escolares, lo que pone en riesgo su alimentación”.
“La pobreza infantil en España se ha vuelto mucho más crónica de lo que era a principios de este siglo”
En el estudio ‘el coste de la pobreza infantil en España’ se habla ya de pobreza crónica entre esta población; un problema que según se alerta, creció más de un 70% entre 2006 y 2016. “La pobreza infantil en España se ha vuelto, por lo tanto, mucho más crónica de lo que era a principios de este siglo”, afirman las autoras.
Otro aspecto en el que se pone el foco es el entorno de los niños que viven en situación de pobreza. Antes de la crisis económica de 2008, casi uno de cada dos vivía en el sur de España. La distribución ha cambiado y actualmente uno de cada tres niños viven en algunas de las regiones más ricas, como Cataluña (que ha pasado del 10% al 19%) o en la Comunidad de Madrid (del 13% al 17%). Al respecto, desde educo recuerdan que, en muchos casos además, “las familias con menos recursos económicos viven en pisos mal acondicionados y mal aislados, que dejan pasar tanto el frío como el calor. Suelen ser viviendas pequeñas en las que vive mucha gente y, en ocasiones, las familias se ven obligadas a compartirlas con otras personas que no son de su entorno para poder pagar el alquiler”.
¿Qué hacemos?
La situación es insostenible para la infancia con pocos recursos que habita en España; somos el país con más niños y niñas pobres de la UE con una tasa AROPE del 33,4%, solo por detrás de Rumanía. Por eso, como bien decía el cooperante español Vicente Ferrer Moncho “la pobreza y el sufrimiento no están para que los entendamos, sino para que los resolvamos”. Así que como escriben las autoras del estudio Olga Cantó y Libertad González, “las políticas de protección a la infancia, necesarias para romper el círculo de la pobreza, deben cubrir necesidades sociales básicas ligadas a bienes preferentes como alimentación, vivienda, educación y salud, fundamentales para el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes”.
La infancia perteneciente a colectivos minoritarios es la más afectada por la pobreza
En este punto, un aspecto a tener en cuenta es el colectivo de pertenencia de los niños y niñas afectados. Save The Children en su informe ‘Garantizar el futuro de la infancia: Cómo afectan la Covid-19, la crisis del coste de la vida y la crisis climática a los niños en situación de pobreza y qué deben hacer los gobiernos en Europa’ alerta de que los niños y niñas de origen migrante, refugiados, solicitantes de asilo, en situación administrativa irregular y no acompañados son los más afectados. Del mismo modo, el informe muestra que los niños y niñas que viven en familias monoparentales, familias numerosas desfavorecidas, niños y niñas con discapacidad y quienes pertenecen a minorías étnicas también están en una mayor situación de riesgo.
Algunos Estados ya han empezado a trabajar para paliar esta situación, pero la cuestión exige más celeridad. Por el momento, a nivel comunitario el Consejo de la UE adoptó en junio de 2021 la Recomendación por la que se establece la Garantía Infantil Europea, que es el primer instrumento político a escala de la UE destinado a abordar las desigualdades y exclusión en la infancia. Los Estados miembro están obligados a proporcionar a la infancia en situación de riesgo acceso gratuito a una educación y atención tempranas de alta calidad, educación y actividades escolares gratuitas, al menos una comida saludable cada día escolar y asistencia sanitaria, así como un acceso asequible a nutrición y una vivienda adecuada. Todavía faltan países por presentar sus planes, en concreto 8 de ellos, pero en España ya contamos con nuestro propio plan: el Plan de Acción Estatal para la Implementación de la Garantía Infantil Europea.
Fuentes:
https://www.educo.org/actualidad/sala-de-prensa#notasprensa
https://www.ugr.es/~pwlac/G11_10Francisco_Checa_Olmos.html
https://op.europa.eu/webpub/eca/special-reports/child-poverty-20-2020/es/#chapter4
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