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Falta de sueño

la nueva epidemia de salud pública

Higiene del sueño

El sueño es una función biológica fundamental, ya que es durante este proceso que el cerebro descansa y se recarga para estar activo durante el día. Dormir bien es importante sobre todo en la infancia y la adolescencia, porque es el momento en que se aprenden muchas cosas nuevas a la vez, y el cerebro al final del día siempre necesita unas horas para asimilar, almacenar y clasificar la nueva información. De hecho, no dormir lo necesario es considerado como una epidemia de salud pública según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que afecta al rendimiento y bienestar de las personas.  

Cantidad de sueño recomendada

El número de horas de sueño necesarias depende de la edad del individuo que las necesite. Las diferentes etapas de la vida cambian la cantidad de sueño necesario para poder afrontar el día sin problemas. Por eso, un niño de 7 años o menos debe dormir un promedio de 10 horas, divididas en dos o tres horas de sueño durante el día (siestas) y ocho horas durante la noche, mientras que los niños de más de 7 años y los adolescentes de menos de 18 años deben dormir un promedio de 8 horas (una en las siestas o descansos del día) y seis o siete durante la noche.

"Los niños de más de 7 años y los adolescentes  deben dormir un promedio de 8 horas "

A los adultos dormir entre 6 y 9 horas sin interrupciones les basta como descanso de todo lo que hicieron en el día. Las siestas no son recomendables para ellos, en especial si pasan de los 50 años, a quienes les será suficiente con dormir entre 5 a 6.5 horas.

El sueño favorece la memoria

Como ya se ha señalado anteriormente, por medio del  sueño restaurador, cada noche, el cuerpo descansa y se carga de energía para realizar las actividades cotidianas. Pero no solo eso; a través del sueño, el cerebro registra, clasifica y almacena todas las experiencias, sentimientos o eventos de importancia en la memoria,

Al respecto, las investigaciones han demostrado que el sueño favorece sobre todo a la memoria declarativa (memoria que es fácilmente expresada verbalmente: información de hechos y eventos), y de la memoria procedimental (memoria acerca de habilidades y destrezas motoras). Se demostró que incluso brevísimos periodos de sueño (o siestas) de hasta 6 minutos de duración son capaces de provocar una mejoría significativa en la retención de información.

"No dormir lo necesario es considerado como una epidemia de salud pública según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta al rendimiento y bienestar de las personas"

Calidad del sueño

Pero no solo es importante la cantidad del sueño, sino también la calidad. De hecho, para asegurar el buen dormir, se establece una serie de normas a seguir con regularidad:

  • Se recomienda ir a la cama a una hora regular cada noche. De 8 a 9 para los pequeños y de 9 a 11 para los mayores.
  • Se recomienda levantarse a una hora regular cada día. De 6 a7.
  • Una hora antes de acostarse debe reducirse el nivel de actividad de manera que el cuerpo inicie el proceso de descanso.
  • La cama sólo se usa para dormir. No se debe comer, leer, oír música, ver televisión o ninguna otra actividad. Estas actividades entorpecen el proceso de la relajación necesaria previa al sueño. La televisión, el teléfono y las computadoras son elementos que agregan emociones incontrolables en horas en la que la mente debe ir preparándose para el descanso.
  • Usar ropas de dormir que permitan la aireación del cuerpo.
  • Asegurar que la temperatura de la habitación sea lo más agradable posible, evitando siempre los extremos (ni muy frio ni muy caliente).
  • Bajar la intensidad de la iluminación. La luz es el más fuerte estimulante del sistema nervioso central como indicador de que "aún las actividades del día continúan". Por ello se recomienda que una hora antes de ir a la cama sean apagados todas las bombillas de alta intensidad dejando la habitación a media luz o en penumbra.
  • Un buen baño con agua tibia  prepara el cuerpo para un profundo descanso.
  • Evitar comidas fuertes o de alto contenido proteico (carnes, mariscos, etc.), pues el sistema digestivo debe estar listo para el receso de actividad a la hora de dormir.

 

 

 

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