El precio de repetir
¿Cuánto cuesta un repetidor al Estado?
Por estas fechas, cada año un porcentaje significativo de estudiantes se mantienen en vilo ante la disyuntiva de si finalmente lograrán pasar de curso, o, por el contrario, tendrán que repetir, en un país que está a la cabeza de Europa en número de alumnos repetidores, con un porcentaje del 7,6 % frente al 2,2 % de media europea.
La repetición de un alumno supone un gasto de más de 6200 euros para el Estado
Para el país, la repetición supone un gasto anual de 6230 euros por alumno en los colegios públicos de enseñanzas no universitarias. Cada año repite curso un 2,6 % del alumnado de Primaria y un 12,7 % del de Secundaria, lo que conlleva la inversión de prácticamente 1500 millones de euros de las arcas públicas para este fin.
Esta fórmula, que durante años se ha considerado una medida eficaz para reducir el abandono escolar, se ha demostrado que puede tener implicaciones negativas que hagan de ella una estrategia obsoleta e ineficaz.
Uno de cada tres repetidores ha alcanzado el nivel de competencia básico en todas las materias
En este sentido, Save The Children ha publicado un informe que aborda esta cuestión bajo el título «Repetir no es aprender», en el que defiende una cultura educativa de la no repetición y basada en la evaluación de competencias. Según afirma la entidad en dicho informe, «Uno de cada tres repetidores ha alcanzado el nivel de competencia básico en todas las materias y ha logrado todas las metas establecidas al final de la escolarización obligatoria».
Del mismo modo, Save The Children alerta de que, según se pertenezca a una clase social o a otra, la probabilidad de repetir puede ser mayor o menor: «Ante dos estudiantes con conocimientos, dificultades de aprendizaje y niveles de motivación similares, el que tiene un nivel socioeconómico y cultural más bajo tiene casi el triple de probabilidades de repetir que el de clase acomodada».
Más contras que pros
Es habitual ver resaltados aspectos de la repetición como la oportunidad de poder empezar de nuevo, afianzar los conocimientos y entender la importancia de estudiar, pero aspectos como dejar atrás el grupo escolar propio, tener que adaptarse a uno nuevo o la falta de acompañamiento y orientación pueden pesar más, generando inseguridades en el alumno, baja autoestima y, finalmente, abandono escolar prematuro.
Quienes repiten vuelven a estudiar los mismos contenidos y no cuentan con orientación ni tienen un plan educativo individual para conseguir la mejora
Uno de los aspectos de la repetición más criticados por expertos es su planteamiento; en España el alumno o alumna vuelve a cursar los mismos contenidos, sin contar con una orientación o seguimiento personalizado de los aspectos a mejorar.
Durante siete años, con la anterior ley educativa (LOMCE, 2013) se normalizó la repetición permitiéndola en todos los cursos si el alumno suspendía la materia de Lengua o Matemáticas o un mínimo de otras tres. Ahora, con la nueva ley (LOMLOE, 2020) la repetición es una medida excepcional que solamente se puede aplicar a un alumno un máximo de dos veces en toda la enseñanza obligatoria.
Algunas de las alternativas en las que Save The Children sugiere invertir el dinero son el refuerzo extraescolar en grupos pequeños, contratar más profesores extra para la codocencia, la incorporación de dos formadores mentores en cada centro cuyo papel sea el acompañamiento y asesoramiento del profesorado, además de un mayor número de orientadores y trabajadores sociales para la identificación y el seguimiento del alumnado en riesgo.
A pesar de que el presupuesto de Educación se incrementa considerablemente año tras año, el impacto económico y social de las repeticiones afecta al sistema educativo; la reducción de su tasa es una asignatura aún pendiente para el país, hasta lograr equipararse a la media comunitaria.
Fuentes:
https://www.educacionyfp.gob.es/dam/jcr:6427e57f-9904-4ac2-956f-4e48d96ac684/b4-pdf.pdf