El nuevo curso escolar acogerá a 60 000 alumnos con TEA

INÈDIT AGENCIA

El nuevo curso escolar será el de mayor número de alumnos que presentan trastornos del espectro autista. La población estudiantil diagnosticada con TEA supera hoy los 60 000 alumnos en etapas educativas preuniversitarias. El alumnado con autismo aumentó un 8 % en el último curso escolar y representa un 26 % del total del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, según datos publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional durante el curso 2020-2021.

Marta Plaza, socióloga y responsable del área de investigación del conocimiento en la Confederación Autismo España, apunta a una mayor identificación y un mejor diagnóstico del trastorno como la causa del incremento del alumnado identificado como TEA, lo que representa una población estudiantil de más de 60 000 alumnos cursando estudios en etapas de educación general no universitaria.

El papel del docente dentro de la intervención del TEA dentro del aula

Según la señora Plaza, el profesorado puede detectar un desarrollo atípico observando cómo se relaciona el alumno o la alumna con sus compañeros, y esto es clave para la derivación de casos a los equipos de orientación para que evalúen y faciliten las ayudas que requieren los estudiantes autistas.

El sistema educativo debe garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los alumnos con TEA, y el papel del docente es clave a la hora de tener una comunicación y una coordinación con la familia y el centro educativo para poder trabajar de forma alineada.

Los entornos educativos son complejos y tienes muchas demandas de flexibilidad de pensamiento, conducta e interrelación entre personas, aspectos en los que los alumnos con TEA requieren una adecuación y un apoyo constante para evitar un abandono temprano de la educación.

Características del TEA y cómo intervenir en las aulas

El TEA es un conjunto de condiciones que afecta a cómo se desarrolla y funciona el sistema nervioso. La persona nace con este trastorno y muere con él, es decir, acompaña a la persona a lo largo de la vida. Tiene un origen neurobiológico e influye en dos áreas de la persona principalmente: por una parte, en la interacción y comunicación social y, por otra, en la flexibilidad de pensamiento y de comportamiento.

Si tenemos en cuenta estas dos áreas clave, interacción social y comunicación social y flexibilidad de pensamiento y conducta y nos trasladamos a los contextos educativos, observaremos que son ámbitos complejos donde hay una alta demanda tanto de interacción social como de comunicación social, no solo a nivel de contenido curricular, sino en la interacción entre el alumno y sus iguales.

El alumno con autismo puede tener dificultades a la hora de interaccionar con sus iguales tanto en los momentos de ocio, en los recreos, en los comedores, como también a la hora de realizar trabajos grupales. En el área relacionada con la flexibilidad de pensamiento y conducta, los entornos educativos tienen muchas demandas dentro de estos aspectos, y el alumno con TEA se tiene que enfrentar a la realización de tareas simultáneas, más de una tarea al mismo tiempo, cambio de asignaturas, cambio de clases, por eso es importante que se le garanticen los apoyos cuando sean necesarios para superar estas dificultades. También, dentro de los contextos educativos, hay una gran actividad y estimulación sensorial, todo lo que está relacionado con los sonidos, sobre todo en los pasillos, en los recreos, comedores… puede resultar una dificultad añadida para los alumnos con autismo. Es importante decir que, si no se favorecen o se garantizan los apoyos adecuados en estos aspectos, el alumnado con autismo puede abandonar de forma temprana la educación. Por ello es necesario saber cuáles son las capacidades de cada alumno, conocer cuáles son sus intereses, cuáles son sus necesidades y poder garantizar, así, los apoyos adecuados a cada alumno.