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Cinco consejos para reconocer las fortalezas

En los niños

Habitualmente gastamos mucho tiempo y esfuerzo en conseguir que los niños trabajen en actividades hacia las que no muestran ningún interés. En la mayoría de ocasiones lo único que conseguimos es un rechazo crónico a todo aquello que les suponga un sobresfuerzo sin sentido.

Todos los niños tienen fortalezas y descubrirlas lo antes posible ayuda al desarrollo de su autoestima y confianza

Empecemos por definir qué se entiende por fortaleza personal. El controvertido psicólogo Jordan B. Peterson, profesor de Psicología en la Universidad de Toronto, afirma que «fortaleza o virtud es una capacidad que puede adquirirse mediante la voluntad y que representa un rasgo positivo de la personalidad».

Todos los niños tienen fortalezas y descubrirlas lo antes posible ayuda al desarrollo de su autoestima y confianza, a la vez que fomentan el tratamiento de la frustración y la resiliencia.

¿Cómo reconocer las fortalezas en un niño? No resulta una tarea fácil para las madres y los padres que acostumbran a dirigir el aprendizaje de sus hijos mediante procesos demasiado rígidos y estandarizados. Proponemos cinco pasos que pueden ayudar a descubrir las habilidades en un niño:

1) Existen diferentes fortalezas

Los niños tienen diferentes tipos de fortalezas. Algunas son fáciles de identificar, por ejemplo dibujar, escribir… pero otras pueden resultar más complicadas como la capacidad de escucha, el trabajo en equipo, la empatía, la curiosidad.

Reconocerlas y hablar de esas fortalezas ayuda al niño a mejorar. Es especialmente necesario en el caso de niños que no son brillantes en la escuela.

2) Presta atención a lo que más le gusta

En ocasiones las fortalezas surgen a partir de explorar intereses y pasiones. Hay que fomentar que el niño desarrolle lo que más le gusta y eso puede llevar tiempo: probar, errar y volver a intentarlo. Una fortaleza no aparece de forma directa ni inmediata. Los niños copian actitudes y pueden actuar por imitación para agradar a sus progenitores o bien a su entorno social, mientras pueden descuidar lo que verdaderamente les atrae.

3) Métodos para identificar fortalezas

Existen muchas formas para conseguir que el niño identifique sus propias fortalezas. Por ejemplo, escribir en un papel fortalezas de todos los ámbitos: fortalezas sociales, de personalidad, lingüísticas, lógicas y matemáticas, creativas y artísticas, de estudio y memorización, científicas y de observación… Podemos recortarlas y crear un mural con las que el niño elija, ponerlo en un sitio visible donde puedan añadirse nuevas y así observar cómo evolucionan sus desafíos. También crear objetivos para desarrollar habilidades y cuando consiga avanzar hasta ellas celebrarlo y marcar el objetivo cumplido o el camino avanzado. Es importante para conseguir que los niños se motiven hacerlos conscientes de su progreso, no importa cuán diminuto sea, siempre conviene focalizar cada pequeño paso.

4) Hablar de sus fortalezas

Crear un diálogo abierto y sincero sobre sus retos y desafíos. Los niños suelen decir «no puedo», «no se me da bien», «no soy bueno en…». Tienen que aprender a concederse tiempo y opciones de errar. Una forma para conseguirlo es explicar experiencias propias o de familiares, enseñar a desdramatizar el error y fomentar el derecho a equivocarse como parte del proceso de la mejora.

5) Ser observador y neutro

Como madres y padres debemos observar sin prejuzgar ni criticar, sencillamente observar e incluso anotar los éxitos y avances, pequeños o grandes, para visualizar las fortalezas de nuestros hijos y ayudarles a avanzar en ellas desde la humildad y el respeto hacía ellos con frases como «por lo que he observado…», «hiciste un gran trabajo con…».

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