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Borrador de la nueva prueba de acceso a la universidad

El Ministerio abre un periodo de debate para definir el diseño final de la prueba

La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha presentado ayer una propuesta para abordar la reforma de la prueba de acceso a la universidad, popularmente conocida como selectividad.

La propuesta del MEFP (Ministerio de Educación y Formación Profesional) responde a la necesidad de adaptar las pruebas al aprendizaje competencial que proponen los nuevos currículos de la Ley de Educación (LOMLOE, 2020). Lo hace de forma gradual, con un periodo transitorio de tres años, para favorecer la adaptación del alumnado y del profesorado. Además, este progresivo enfoque competencial permitirá avanzar hacia una línea de mayor homologación entre los territorios autonómicos.

El Ministerio propone así un modelo transitorio durante los cursos 2023-2024, 2024-2025 y 2025-2026, en los que la prueba se dividirá en cuatro ejercicios, todos ellos con una ponderación del 25 %. Un ejercicio versará sobre la materia de modalidad de prueba elegida por el alumno o alumna y dos de ellos serán de las materias comunes de Historia de la Filosofía e Historia de España. El cuarto ejercicio tendrá carácter general y evaluará las destrezas asociadas al ámbito lingüístico. En este ejercicio se pretende evaluar principalmente la madurez académica del alumnado.

Pasado el periodo transitorio, a partir del curso 2026-2027, este ejercicio general de madurez pasará a tener una ponderación del 75 % y sustituirá a los ejercicios de las materias comunes. Se mantendrá, con una ponderación del 25 %, el ejercicio específico sobre la materia de modalidad elegida por el estudiante. La prueba quedará así dividida en dos ejercicios: uno más globalizado y otro de materia, ambos con un enfoque competencial.

El ejercicio general de madurez llegará a tener una ponderación del 75 % y sustituirá a los ejercicios de materias comunes

El ejercicio general de madurez, tanto durante el periodo transitorio como a partir de 2026-2027, constará de un dossier formado por una serie de documentos como textos, imágenes, infografías o tablas, que girarán en torno a un mismo tema. Con este material se pedirá al alumno o alumna que realice un análisis desde diferentes perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas). El objetivo es valorar la capacidad del alumnado para analizar, valorar, extraer información e interrelacionar toda esa documentación. Este ejercicio constará de preguntas en castellano, la lengua extranjera que haya estudiado el alumno y también la lengua cooficial en las comunidades que cuenten con ella.

La nota final de acceso se obtendrá calculando la media ponderada entre la nota de la etapa del bachillerato y la nota de la prueba descrita. La propuesta del Ministerio es una ponderación del 60 % para la nota del expediente y del 40 % para la nota final de la prueba de acceso.

Tal como se lleva a cabo en la actualidad, la prueba de acceso se complementará con una segunda fase específica para ayudar a determinar el orden de admisión a los estudios universitarios. En esta prueba complementaria el alumnado realizará dos ejercicios, eligiendo de entre las materias ofertadas de 2.º de Bachillerato, de modalidad o comunes. El diseño de los ejercicios que configurarán esta fase de admisión tendrá un carácter competencial. A la calificación obtenida en la fase de admisión se le aplicará el coeficiente de ponderación que cada universidad establezca en sus grados.

Finalmente, la nota con la que el alumnado optará al proceso de admisión será la suma de la nota final de acceso y la nota de la fase de admisión.

Primeras reacciones a la propuesta

La CICAE (Asociación de Colegios Privados e Independientes de España) valora positivamente que el MEFP proponga una modificación de la prueba de acceso orientada hacia un modelo más competencial, menos memorístico y que evalúe la madurez. No obstante, añaden algunos puntos en contra de la propuesta:

«Nos parece un error eliminar la evaluación de la lengua extranjera, de hacerse efectivo tendrá consecuencias negativas en los alumnos, que no estudiarán otros idiomas, en su mayoría inglés, al mismo nivel que si se les examinara específicamente. En un mundo tan globalizado y cada vez más internacional, nuestro sistema educativo restaría peso a la adquisición de lenguas extranjeras, cuando es fundamental para el futuro profesional de las nuevas generaciones.

Es importante no eliminar ni un ápice de exigencia en la nueva selectividad. Actualmente más del 90 % de los alumnos la supera con éxito, por lo que el propósito de prueba selectiva no se cumple y plantear mayores facilidades conlleva un relajamiento en la exigencia del aprendizaje de los estudiantes.

Es imprescindible que si se mantiene el distrito universitario único, el examen sea también único y el mismo en toda España, con la misma prueba, en la misma fecha, con los mismos criterios de evaluación y con evaluadores de diferentes comunidades independientemente de donde se corrija. Todo ello garantizaría la igualdad de condiciones para los estudiantes a la hora de acceder a la universidad y un sistema mucho más justo que el actual».

Más información:

Consultar la propuesta completa del ministerio

Foto cabecera: Ministerio de Educación y Formación Profesional.

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