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Adiós al curso del ChatGPT y otras andanzas

El curso académico que hoy acaba será recordado por varias razones

Editorial

¡Felicidades a todas y a todos por haber sobrevivido a otro año escolar: profesores, alumnos y familias! ¡Y, por supuesto, felicidades a los funcionarios y a los políticos que se esfuerzan tanto por hacer grandes cambios que luego no cambian nada!

La educación suele asociarse a entornos basados en el pasado, aburridos y poco dinámicos. Ahora bien, el curso 2022-2023 ha sido de todo menos aburrido. Se inició con gran alegría como si fuera el año cero, el inicio de la normalidad pospandemia. El curso ha transcurrido sin medidas sanitarias extraordinarias. ¡Qué lejos quedan ya las excepcionalidades del confinamiento!

El curso 2022-2023 será recordado por el inicio de la aplicación de la LOMLOE y la irrupción del ChatGPT

El curso 2022-2023 ha sido el primero en la fase de implementación de la LOMLOE (2020), los cursos impares de todas las etapas educativas han aplicado las nuevas directrices legislativas. La evaluación y las condiciones de progreso de cada etapa educativa han sido las cuestiones más criticadas y que más preguntas han suscitado. La evaluación de la LOMLOE se basa en las competencias y requiere un proceso evaluativo formativo, más complejo y burocrático, que ha dificultado no solo a los docentes, sino también a las familias, la tarea de acostumbrarse y empezar a mirar desde otra perspectiva el proceso de enseñanza y aprendizaje. El próximo año escolar se incorporan los cursos pares y el cambio más perturbador que está por llegar es el de las pruebas de acceso a la universidad, EBAU o PAU, según cada comunidad.

Sin duda, desde el mes de noviembre el mundo en general y la educación en particular convulsionaron por la aparición de ChatGPT, un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI y en el que ha invertido Bill Gates, fundador de Microsoft y multimillonario visionario de todas las posibles amenazas de la humanidad, que curiosamente siempre coinciden con sus inversiones favoritas. Una sola aplicación ha cuestionado el aprendizaje, la figura del profesor y todo el futuro de la humanidad. Países como Italia prohibieron durante semanas el uso de esta aplicación. El Pentágono y el Congreso de EE. UU. llamaron a especialistas y siguen debatiendo sobre cómo actuar en diversos ámbitos con la inteligencia artificial (IA). Las instituciones de ética y tecnología se cuestionaban cómo gestionar el uso y la aplicación de esta herramienta en las aulas. En cuestión de semanas aparecieron soluciones basadas en la misma tecnología que detectaban textos construidos con inteligencia artificial. Algunas universidades ya han creado criterios de revisión y permiten el uso en menos de un 7 % del texto en un ensayo de 2000 palabras. Pero, en este momento no existen criterios estandarizados ni generalizados que marquen cómo actuar frente al uso de IA para la realización de trabajos escolares. El curso se acaba sin tener muy claro qué parte de los trabajos presentados por los alumnos ha sido realizada por ellos mismos o por la IA, lo que echa por tierra la didáctica de trabajo por proyectos y otras estrategias de aprendizaje y enseñanza. Habrá que esperar hasta el siguiente curso y ver qué camino recomiendan las autoridades educativas competentes.

 

No todo ha sido positivo, en estos últimos días los informes del sistema educativo de nuestro país detallan una gran brecha educativa entre alumnos de zonas urbanas y rurales. Una pobreza económica cada día más grave que imposibilita el camino a la educación inclusiva y una realidad hiriente que nos dice que muchos jóvenes no quieren vivir ni estudiar, no conectan con la escuela y deciden quitarse la vida. En silencio, deciden no participar de esta sociedad cuyos cimientos se fraguan en las escuelas. Los docentes ya son nativos digitales y los retos de la educación digital se hacen cada vez más sencillos, no ocurre lo mismo con la educación emocional y el bienestar de los profesores que deciden abandonar la profesión ante la imposibilidad de ayudar a sus alumnos en temas de salud mental. Este es el nuevo reto de la educación, un reto tan grande y lejano, de momento, que hace pequeño el reto de la digitalización y la transformación tecnológica de los centros. Aparecerán nuevas figuras docentes en los centros (coordinador de bienestar) que se enfrentarán a los problemas emocionales y de convivencia del centro sin tener la formación precisa. Les deseamos toda la suerte, porque en su destino profesional descansará el bienestar de una gran población de jóvenes en una situación de bienestar mental precaria.

Este curso ha sido maravilloso, innovador, lleno de noticias, lleno de vida y de muerte como la educación misma, y nos merecemos descansar para estar preparados para lo que nos deparará el curso 2023-2024; en él sin duda afrontaremos nuevos retos. Será un curso INÈDIT. ¡Feliz verano!

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