Cómo aficionarse a la lectura
Una ayuda para que los jóvenes se habitúen a la lectura
En principio, podría parecer que el medio adecuado para aficionarse a la lectura, independientemente de la edad que se tenga, es el siguiente: leer. Y en parte es así, pero no del todo.
Muchos nos hemos visto enfrentados a preguntas de este tipo: ¿De qué manera consigo que mis hijos lean? Me gustaría leer, pero ¿cómo logro superar la pereza que me da hacerlo? ¿Hay alguna fórmula para auto-generar el impulso hacia la lectura? Pues bien, a continuación desvelaré una serie de claves útiles para responderlas.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que leer no es una obligación, por lo que es un error plantearlo (a nosotros mismos o a otra persona) como algo que se debe hacer. En lugar de ello, debemos favorecer una mentalidad abierta, tanto al rechazo como a la aceptación, entendiendo que se trata de un deseo, una intención, y no de una tarea a la que debemos encadenarnos sí o sí.
En segundo lugar, hay que tener paciencia, y es que las prisas no son buenas. Lee cuando te apetezca y lee lo que te apetezca, que ya vendrá lo demás. Lo importante es generar el hábito por medio de nuestros intereses.
En tercer lugar, hay que tener en cuenta que no existe lectura poco valiosa, y menos al principio, cuando intentamos engancharnos a esta actividad, leer. No hay que minusvalorar ningún texto. Si lees lo que te apetezca, ¡¡estarás leyendo!!, y eso es un inicio.
Por todo ello, adelante. Escoge una lectura que creas que puede interesarte, sea un libro de infantil, la novela más reconocida, o el ensayo más pesado que pueda existir. Ábrelo y lee cuanto te apetezca. Recuerda que hay que generar un hábito, no una obligación. Si la primera línea te aburre, déjalo, escoge otro libro, e inténtalo de nuevo. No desistas, pero tampoco te tortures. ¡EL ÉXITO ESTÁ ASEGURADO!
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