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Eustrés, estrés positivo

Actuar según la regla del término medio

Aunque directamente relacionemos la palabra estrés con un significado negativo, no toda forma de estrés es perjudicial. Trabajar o aprender bajo un nivel de estrés estimulante puede ser muy beneficioso si encontramos el término medio. Este es el caso del eustrés, o estrés positivo, una tipología olvidada que potencia nuestros niveles de eficiencia y creatividad a la hora de resolver problemas y situaciones.

¿Qué son distrés y eustrés?

Los sustantivos distrés y eustrés no están recogidos en el diccionario de la RAE, sin embargo son dos términos bien asentados a nivel profesional tanto en el campo de la psicología como en la neurociencia, disciplinas que desde hace años prestan atención a un matiz interesante que pone de manifiesto que existen ciertas cualidades positivas del estrés.

Distrés

Entendemos por distrés aquel tipo de estrés perjudicial que afecta de manera negativa en la vida de las personas tanto a nivel físico como emocional, y que se refiere a la tensión provocada por situaciones agobiantes que generan malestar, pérdida de la autoestima, ansiedad, fatiga o insomnio.

Eustrés

El eustrés, o estrés positivo, es un tipo de estrés que supone una reacción a los estímulos y las situaciones externas en forma de defensa natural que aumenta el rendimiento y la eficiencia a la hora de solucionar los problemas. Por este motivo se la considera una categoría provechosa.

¿Cómo sacarle partido al estrés? ¿Por que no aprovecharse de este irritante compañero?

Anna Carballo, psicóloga y doctora en Neurociencia por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), explicó recientemente en el VII Congreso Henry Dunant, cuyo lema fue ¿Cómo aprende el cerebro?, que el eustrés contiene un elemento positivo ya que «es ideal para trabajar el aprendizaje porque responde y fortalece el modo resolutivo». Es decir, que existe un término medio de nivel de estrés que potencia la creatividad y estimula el aprendizaje, un estadio ideal entre la presión desbordada y la hiperprotección.

No hay que olvidar que un contexto opuesto al estrés, es decir, un contexto de hiperprotección, en donde la respuesta ante los problemas queda subrogada a la facilidad y a bajos niveles de presión, no estimula la capacidad creativa ni ayuda en el desarrollo de nuestra capacidad de crecer.

Cómo encontrar ese término medio se convierte, por tanto, en una tarea esencial si lo que buscamos es sacar el máximo de cada uno de nosotros y de los demás, sin caer en el intento. Y desde luego, resulta una buena manera de plantarle cara al estrés, ese mal compañero de viaje que desde hace décadas acapara las portadas de todos los periódicos.

“La virtud está en el término medio”, Aristóteles.

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