Estamos en el momento del año en el que más desplazamientos en coche se producen. Viajar con niños requiere recordar algunas medidas de seguridad para evitar golpes de calor y deshidratación en los más pequeños.

Los bebés son más sensibles a la deshidratación y a la hipotermia

Los pediatras recomiendan entrenar al niño a partir de los seis meses a beber en vaso o en otro tipo de contenedor de líquido que no sea el clásico biberón. Eso facilitará la hidratación del niño de forma más autónoma durante el viaje. Existen biberones con asas que facilitan el agarre del niño para beber. Hay que recordar que un niño menor de 12 meses no puede expresar su necesidad de hidratación, por lo que hay que intentar que ingiera agua de forma regular cada hora u hora y media. La temperatura ideal del agua es la natural, aunque al adulto le pueda parecer que está caliente. Los bebés tienen un gran riesgo de hipotermia (pérdida de calor) si baja su temperatura corporal en exceso, lo que es igual de peligroso que la exposición a altas temperaturas.

«Efecto horno» dentro del coche: la temperatura interior en un vehículo puede superar los 50 grados en menos de treinta minutos

La temperatura del interior de un vehículo triplica la del exterior, también en invierno

Un estudio del RACE (Real Automóvil Club de España) ha realizado varias pruebas sobre cómo reacciona el interior de un vehículo ante la temperatura exterior y según varios factores, como abrir una o dos ventanillas. Este informe indica que la temperatura del interior del coche, en tan solo treinta minutos, alcanza el doble de la temperatura exterior pasando de 27 a 50 grados centígrados, y llega a los 60 grados a las dos horas de permanecer totalmente cerrado. Abrir una o dos ventanillas reduce esas cifras, pero aun así, sigue siendo extremadamente peligroso para los grupos con alto riesgo de sufrir un golpe de calor como los niños, los ancianos, las personas con dificultad de movilidad y las mascotas. La temperatura ideal para conducir oscila entre los 21 y los 23 grados centígrados, pues una temperatura superior afecta a la capacidad de reacción de nuestro sistema motor.

Gráfico del incremento de la temperatura dentro de un coche. Fuente: RACE.

Este fenómeno en los vehículos se conoce como «efecto horno», porque triplica la temperatura del exterior del vehículo. La razón son los materiales de fabricación utilizados en el interior de los vehículos: los plásticos o el cuero interior de asientos, salpicadero y guarniciones pueden alcanzar temperaturas por encima de los 60 ºC con la exposición al sol (RACE, 2020), y todavía más las partes metálicas.

Síndrome del bebé olvidado en el coche

Hablamos de síndrome porque se trata de un conjunto de fenómenos que concurren unos con otros y que caracterizan una situación determinada. Es decir, «a todos nos puede pasar», según David Diamond, profesor de psicología en la Universidad del Sur de Florida (EE. UU.), quien lleva quince años estudiando los casos de abandono u olvido de menores en los vehículos con final trágico. Su investigación permite un enfoque desde la neurobiología y las causas cognitivas detrás del comportamiento de los progenitores que olvidaron a sus hijos en los coches y cuyo resultado fue el fallecimiento del menor. Según Diamond, es algo relacionado con procesos de memoria y atención más que con un comportamiento de negligencia parental; si puedes olvidar tú móvil puedes olvidar a tu hijo dentro del coche. La investigación de Diamond apunta a tres causas que producen el olvido de los niños en los coches:

• Los conductores pierden conciencia de la presencia del menor en el vehículo mientras conducen.
• El sistema de memoria prospectiva del cerebro del conductor falla.
• Si se suman factores estresantes durante el trayecto como llamadas del trabajo, distracciones por problemas de tráfico y otras causas que podrían propiciar el fallo de la memoria prospectiva, aquella que es necesaria para crear hábitos y rutinas.

Como perito judicial en casos de fallecimiento de menores en vehículos, Diamond afirma que en la mayoría de ocasiones de olvido de bebés en los coches no existe negligencia parental intencionada o mantenida fuera de esa circunstancia, sino que es un fallo cognitivo involuntario y ocasional, por lo que nos podría pasar a cualquiera (Jeansok y Diamond, 2002).

Máxima atención durante los desplazamientos en coche

Te recomendamos que planees tu ruta con paradas y momentos de hidratación y de movimiento del aparato psicomotor de todos los ocupantes del coche: caminar, estirar las piernas, ir al baño y beber líquidos cada dos horas.

Al entrar en el vehículo expuesto al sol, abrir ventanillas y dejar que circule el aire. Si no se dispone de aire acondicionado, esperar unos cinco minutos antes de entrar en el vehículo, y en el caso de disponer de él poner el modo «recirculación de aire» a pesar de que entre aire caliente del exterior.

Si se viaja con menores conviene interactuar con ellos, hablar y preguntar si están bien y recordarles que deben beber agua de forma regular.

No dejar el menor solo en el vehículo bajo ningún concepto; si está dormido, despertarlo con suavidad e invitarlo a caminar o ingerir líquidos y alimentos.

Según datos expuestos por el RACE, solo en Estados Unidos mueren por golpes de calor un promedio de 38 niños al año, contabilizando más de 800 niños fallecidos desde 1998 por esta causa. En Europa, Francia es el país que más muertes infantiles contabiliza por golpes de calor desde 2006, con 22 casos, seguido de Alemania con 20 y de Italia con 17. Los niños menores de dos años ocupan el 65 % del total de niños fallecidos.

¡Feliz viaje!

Fuentes:

RACE, (2020). «Temperatura adecuada en el interior del coche». https://www.race.es/temperatura-adecuada-interior-coche

Motorpasión, (2020). «Peligro mortal dejar niños bebé solos en el coche durante el verano».  https://www.motorpasion.com/seguridad/peligro-mortal-dejar-nino-bebe-solo-coche-verano-ventanillas-bajadas-ri#:~:text=Cuando%20el%20cuerpo%20humano%20supera,deshidrataci%C3%B3n%2C%20pueden%20producir%20la%20muerte.

Jeansok, K., Diamond, D. (June 2002), «The stressed hippocampus, synaptic plasticity and lost memories», Nature Reviews Neuroscience, 3 (6): 453-462, doi: 10.1038/nrn849, PMID 12042880, S2CID 19013402