El pasado mes de diciembre de 2020, el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP) presentó nuevos criterios en el Índice de Desarrollo Humano (HDI, Human Development Index).

El concepto de desarrollo económico ha ido cambiando al mismo ritmo que lo ha hecho la sociedad; hasta el año 1990, el desarrollo económico de los países se medía por el PIB (Producto Interior Bruto) de cada estado sin tener en cuenta ningún otro factor. Desde el año 1990, el UNDP clasificó los países del mundo según su nivel de desarrollo humano, valorando si las personas que viven en cada país tienen libertad y la oportunidad de llevar la vida que desean.

En 2020, tras el azote de la pandemia de la COVID-19 en todo el planeta, el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano 2020 indica que en todo el mundo ningún país ha logrado alcanzar un desarrollo humano muy alto sin ejercer una presión desestabilizadora sobre el planeta y ha eliminado a 50 países del grupo de desarrollo humano muy alto por su dependencia de los combustibles fósiles y su huella material.

El índice es un porcentaje que valora la esperanza de vida al nacer, los años esperados de escolaridad, los años promedio de escolarización, y la renta nacional bruta per cápita de cada Estado participante. La novedad de está última edición es la integración de las emisiones de dióxido de carbono y la huella material de los países (una medida de la extracción de materias primas en el mundo para cubrir la demanda nacional).

Antropoceno, la Era de los Seres Humanos, una nueva época geológica de transformación

Los científicos ponen el énfasis en que ya no es el planeta el que influye en los seres humanos sino al revés, y a esta nueva era se la denomina Antropoceno, la Era de los Seres Humanos, una nueva época geológica de transformación. Transformaciones que amenazan con asolar nuestro planeta, y con ello, nuestra existencia, no solo por la crisis climática sino también por la acidificación de los océanos y por un colapso de la biodiversidad del planeta, todo ello debido a la acción humana.

Achim Steiner, administrador del UNDP, afirma que «el poder que ejercemos los humanos sobre el planeta no tiene precedentes. Frente a la COVID-19, temperaturas que rompen registros históricos y una desigualdad que se extiende, ha llegado la hora de utilizar ese poder para redefinir lo que entendemos como progreso… Ningún país en todo el mundo ha logrado alcanzar un desarrollo humano muy alto sin ejercer una presión desestabilizadora sobre el planeta. Sin embargo, podemos ser la primera generación en corregir el rumbo. Esa es la próxima frontera del desarrollo humano».

El papel de la educación en el nuevo desarrollo humano

La educación en valores sostenibles y la transformación de las normas sociales debe nacer en las escuelas. Los programas curriculares deben abandonar la opción del medio ambiente como una asignatura extraescolar, anecdótica, y desarrollarla de forma transversal y profunda desde todas las asignaturas y ámbitos posibles.

Para las Naciones Unidas, el desarrollo humano nace de la educación

Hay que educar en los nuevos paradigmas de desarrollo humano para poder fabricar un cambio total e integral de todos los aspectos de la sociedad. Los alumnos deben adquirir hábitos en diversos ámbitos que les permitan convertirse en personas adultas capaces de desarrollar su actividad económica futura de forma sostenible. Para ello, es urgente la formación de docentes para adquirir habilidades y sensibilización con el medio ambiente. Para las Naciones Unidas, el desarrollo humano nace de la educación porque contribuye a la participación del individuo en la transformación de la sociedad.

La educación normalmente espera los cambios en las políticas educativas, pero en esta ocasión no existe ese margen de tiempo, hay que actuar ya y elaborar nuevos programas educativos desde cada centro que impliquen la acción y la responsabilidad de los alumnos en la transformación del planeta.

España está en el puesto 27 del ranking

España figura en la lista de países con un desarrollo humano muy alto con un índice del 0,884, siendo los tres primeros países Noruega, (0,949), Australia (0,939) y Suiza (0,939). Como curiosidad, la comunidad autónoma de Euskadi está en el puesto 12, con un índice del 0,937 frente al 0,884 de España. El HDI observa la escolarización hasta los 18 años, no contempla estudios universitarios o terciarios.

En los puestos de cola hallamos aquellos países con un bajo desarrollo humano, en último lugar aparece la República Centroafricana con una esperanza de vida de sus habitantes de 51,5 años y una media de años de escolarización de 4,2 años, esto lleva al país al puesto 188 de la lista con un HDI de 0,352.

Estos datos nos indican que hay un gran trabajo por hacer y un largo camino por recorrer para facilitar el desarrollo humano en el planeta fomentando el derecho a la vida y a la educación de todos los individuos y la sostenibilidad con el medio en el que habitan.

Más información

Leer el informe completo:

UNDP (2020). Human Development Report 2020. The next frontier. Human development and the Anthropocene. http://hdr.undp.org/en/2020-report

Consultar tabla completa del listado de países: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2016_statistical_annex.pdf

Vídeo de la presentación del informe en Ecuador, en español: https://youtu.be/xmtt3XHvv2Y