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Competición CanSat de la Agencia Espacial Europea

ABP, aprendizaje por proyectos

El aprendizaje basado en proyectos (ABP) es una metodología cada vez más habitual entre docentes y profesionales de la educación. Se trata de una forma de enseñanza y aprendizaje con muchos años ya de práctica en las aulas y cada día gana más adeptos.

Partimos de un reto para desembocar en la presentación de un producto

Este modelo educativo consiste en trabajar una materia o varias mediante un reto, pregunta o problema presentado a los alumnos, quienes deberán diseñar y programar una solución novedosa a la cuestión planteada. Normalmente se trata de una actividad que se realiza en múltiples sesiones, y en la que el docente actúa de guía. Los alumnos en el ABP se convierten en protagonistas de su aprendizaje, llevando a cabo un proceso de investigación o creación, y trabajando en todo momento de manera relativamente autónoma y con un alto nivel de implicación y cooperación. Todo ello culmina con un producto final presentado ante los demás.

El ABP facilita la adquisición de competencias transversales como la colaboración, la comunicación, el pensamiento crítico y el uso de las nuevas tecnologías

En el ABP el currículo está integrado, pues permite el desarrollo de competencias que atañen a muchas materias: matemáticas, lengua, filosofía, tecnología o física y química. Entiende la enseñanza como un diálogo, y ayuda a mostrar la realidad en toda su complejidad a los alumnos. De esta forma desarrolla competencias fundamentales en la actualidad como la colaboración, la comunicación, el pensamiento crítico y el uso de las nuevas tecnologías.

Además, esta metodología es la mejor forma de empoderar al alumnado, puesto que este aprende haciendo y maneja diversidad de conocimientos y saberes. Asimismo, se pasa de un aprendizaje memorístico y reiterativo a uno activo y compartido donde se fomenta buscar, elegir, discutir, aplicar, corregir, ensayar; se trata de una estrategia de enseñanza basada en la experiencia y en la acción.

Del mismo modo, el desarrollo de un proyecto permite una socialización más rica porque comporta la participación e implicación de múltiples agentes sociales; los estudiantes son los protagonistas y el profesorado actúa como guía y observador, sin embargo, la fase de difusión también puede conllevar la participación de las familias, e incluso de la sociedad.

Una actividad de ABP se compone de múltiples elementos que el docente deberá definir al diseñarla: una idea o un tema relevante para el alumnado, criterios de evaluación, la pregunta orientadora o reto, actividades de aprendizaje que los estudiantes abordarán a lo largo del proyecto, el producto final a presentar, y una audiencia ante la que comunicar y difundir el producto resultante.

¿Cómo diseñar un ABP?

El primer paso fundamental e ineludible para preparar una actividad de ABP es especificar el objetivo de aprendizaje, decidiendo aquello que queremos que nuestros alumnos aprendan. Hay que tener en cuenta que el resultado final siempre deberá ser un producto, con aplicación real en la sociedad. El producto puede ser de cualquier tipo, desde un programa televisivo, un documental o reportaje, hasta un artefacto como un cohete, o un producto digital. De hecho, el aprendizaje servicio que consiste en hacer que los alumnos lleven a cabo una actividad en beneficio de la comunidad es también un tipo de ABP.

Seguidamente, el docente deberá decidir cómo evaluará el aprendizaje de los alumnos, o, mejor dicho, cómo lo valorará. La idea es dar un feedback al estudiante que le permita mejorar, y para ello una opción podría ser la elaboración de rúbricas para cada actividad.

Lanzamiento, investigación, desarrollo y presentación son las cuatro fases en que se lleva a cabo un ABP

Para lograr un ABP exitoso, es importante transitar por sus cuatro fases: lanzamiento, investigación, desarrollo y presentación.

En la fase de lanzamiento el profesorado presenta el reto o pregunta al alumnado, junto con las metas a alcanzar, el producto a presentar, los aprendizajes a lograr, y los hitos o momentos clave en los que se deberán realizar los entregables. Esta fase es fundamental, pues en ella el docente atrae y motiva a sus estudiantes, presentando un escenario que capta su interés.

La fase de investigación es cuando el estudiantado empieza a recopilar todo tipo de información útil para la realización del proyecto, desde contenidos en Internet hasta información extraída de entrevistas realizadas, grabaciones u otro tipo de trabajo de campo. Tras ello, en la fase de desarrollo se utilizará toda esta información obtenida para llevar a cabo el proyecto propuesto, creando así un producto que cumpla con el objetivo de la actividad. La creación de este producto permitirá a los alumnos no solo adquirir los aprendizajes de una materia, sino también elaborar soluciones factibles a problemas reales.

Por último, en la fase de presentación o difusión se realiza, ante una audiencia externa, la presentación del producto elaborado, mediante un evento anunciado y esperado que permita aumentar la motivación e implicación del alumnado con la calidad de los proyectos.

ABP aplicado en el aula: diseñar, construir y programar un cohete

El aprendizaje por proyectos suele ser laborioso para el docente y en ocasiones se requieren ideas inspiradoras que motiven primero al docente y luego a los alumnos. Os proponemos una actividad compleja que engloba muchas disciplinas como matemáticas, programación, impresión 3D e ingeniería aeroespacial, por lo que requiere una gran dedicación tanto del profesor como de los alumnos.

La actividad consiste en diseñar, construir y programar un microsatélite dentro de una lata de refrescos, para lanzarlo dentro de un cohete, un proyecto que alumnos de 3.º de ESO del  colegio internacional St. Peter’s School presentaron en la competición CanSat de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los equipos tenían una misión doble. La misión primaria consistía en medir la presión atmosférica, la temperatura ambiente y la altura mediante los sensores incorporados en el satélite. Adicionalmente, también tenían la misión de mejorar el sistema de geolocalización del microsatélite, así como optimizar la obtención de datos por radiofrecuencia especialmente durante la fase de recuperación. Esta competición, CanSat, se organiza a nivel europeo, en ella los alumnos participan en grupos y van avanzando en la competición desde un nivel local hasta llegar a la final europea. Los alumnos del colegio internacional St. Peter's School de momento se han clasificado para la fase regional y en el siguiente vídeo comparten con nosotros sus experiencias. 

Video del proyeto CanSat de la Agencia Espacial Europea donde participaron alumnos del colegio St.Peter

Vídeo de la competición CanSat, en el aeropuerto de Alguaire (Lleida), realizado por el colegio St. Peter's School 

Esta es una experiencia innovadora con un planteamiento de ABP que los participantes valoraron como impactante e inolvidable. Asimismo, ha servido de estímulo para algunos de ellos a la hora de decidir decantarse por el campo de la tecnología o la ingeniería espacial. De entre los aprendizajes destaca la adquisición de competencias transversales como el liderazgo o el trabajo en equipo.

El ABP constituye una oportunidad para explorar con el alumnado nuevas tecnologías como la realidad aumentada o virtual, el metaverso o la inteligencia artificial. Las posibilidades de esta metodología son infinitas, puesto que además permite la integración de otras técnicas durante el desarrollo de la actividad, como la gamificación o el aula invertida.

Fuentes:

CanSat, el desafío

Bases de participación: https://esero.es/wp-content/uploads/2022/09/cansatspain-2022-2023.pdf

https://stpeters.es/es/future-aerospace-engineers-from-st-peters-school-qualify-for-esas-cansat-competition-regional-phase/ 

https://www.tecnologia-ciencia-educacion.com/index.php/TCE/article/view/194

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