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El documental ganador del Goya aborda la violencia sexual contra las mujeres

El cortometraje documental Semillas de Kivu aborda la violencia sexual contra las mujeres en la República Democrática del Congo (RDC), una de las regiones más violentas del mundo. La obra pone el foco en el Hospital de Panzi, fundado y dirigido por el ginecólogo y Premio Nobel de la Paz Denis Mukwege. En esta institución se brinda atención a miles de mujeres víctimas de una violencia sexual extrema, utilizada como arma de guerra, así como a los hijos nacidos de dichas violaciones. Además, se realizan reconstrucciones físicas y psicológicas que buscan restituir la dignidad y el bienestar de las afectadas. Esta producción, ganadora de la categoría de mejor cortometraje documental en la última edición de los Premios Goya, no solo retrata el dolor de las víctimas, sino también su fortaleza, resistencia y esperanza. El discurso de Néstor López, uno de los codirectores, ha sido ampliamente compartido en redes sociales, alcanzando más de un millón de reproducciones y despertando el interés de personas en todo el mundo.
Enlace a la entrevista completa de Néstor López, director de Semillas de Kivu, en nuestro canal Youtube.
Un rodaje lleno de dificultades
El proceso de creación de Semillas de Kivu fue complejo y se extendió a lo largo de siete años. Sus autores, Néstor López y Carlos Valle Casas, siempre tuvieron como objetivo principal mostrar a los países occidentales el trabajo que se lleva a cabo con mujeres supervivientes de la violencia sexual, quienes están en proceso de reinserción en la sociedad.
Semillas de Kivu fue grabado en unas condiciones extremas. Los cineastas no solo debían velar por su integridad física, sino también proteger el contenido audiovisual que obtenían en cada una de las jornadas
Los cineastas tuvieron que adentrarse en el entorno de Bukavu, una zona marcada por un conflicto activo, enfrentándose a riesgos constantes debido a la violencia cotidiana. Para garantizar la seguridad del equipo y del proyecto, llevaron a cabo un plan de producción que incluyó medidas extremas, como ocultar las cámaras y los materiales de grabación. En ocasiones, incluso se vieron obligados a vestirse como misioneros para acceder a ciertas áreas o escapar de posibles agresiones. No solo debían velar por su integridad física, sino también sacar del país el contenido audiovisual que obtenían en cada jornada de trabajo.
A estas dificultades se sumaron la falta de infraestructuras y electricidad en la región. El equipo dependía de una pequeña placa solar, cuya limitada capacidad los obligaba a priorizar la carga de equipos esenciales en detrimento de otras necesidades básicas.
La provincia de Kivu en la actualidad
Actualmente, la situación en las provincias de Kivu es de extrema gravedad. El pasado 27 de enero de 2025, los rebeldes del Movimiento M23, respaldados por la vecina Ruanda, tomaron el control de Goma, capital de Kivu Norte, una ciudad con casi un millón de habitantes. Posteriormente, el 16 de febrero, el mismo grupo se apoderó de Bukavu, capital de Kivu Sur, consolidando así su dominio sobre ambas provincias.
Este conflicto tiene raíces profundas y múltiples causas. Se remonta a la crisis de refugiados y la inestabilidad generada por el genocidio de Ruanda en 1994, que se extendió a la región de los Grandes Lagos. Además, las tensiones entre diferentes grupos étnicos y facciones políticas que compiten por el poder y el control del Estado en la RDC han alimentado los enfrentamientos armados.
El conflicto de la provincia de Kivu tiene raíces profundas y múltiples causas. Las tensiones entre diferentes grupos étnicos y facciones políticas que compiten por el poder y el control del Estado en la RDC han alimentado los enfrentamientos armados
La escasa asistencia humanitaria en la región ha incrementado la vulnerabilidad de la población civil, que sufre los efectos de la violencia y el desplazamiento forzado. En este contexto, la situación de las mujeres congoleñas es especialmente alarmante, siendo con frecuencia una de las más olvidadas a nivel internacional.
El reciente estallido armado en el este del país es un capítulo más de un conflicto complejo y enquistado, vinculado tanto a causas internas como internacionales. Los intereses por el control de los recursos naturales, como los minerales utilizados en la fabricación de baterías y dispositivos electrónicos, juegan un papel central en este escenario de violencia.
Occidente mira hacia otro lado
La abundancia de recursos valiosos, como el coltán (un mineral esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos), ha alimentado la codicia y la violencia entre diversos grupos armados que buscan controlar su extracción y comercialización.
El coltán (un mineral esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos) ha alimentado la codicia y la violencia entre diversos grupos armados que buscan controlar su extracción y comercialización
La demanda de coltán por parte de las industrias occidentales ha generado una dependencia económica de este recurso, lo que convierte su suministro en un asunto estratégico para los países africanos. Sin embargo, las regiones productoras no se benefician de esta actividad debido a la falta de regulación y a la corrupción, que facilitan el uso de trabajo forzado e infantil, así como el desplazamiento de comunidades enteras. En lugar de traducirse en desarrollo, la explotación del coltán ha sido fuente de sufrimiento para muchas comunidades africanas.
La proyección de Semillas de Kivu
Semillas de Kivu se proyectará ante parlamentarios europeos en Madrid el próximo 7 de marzo, y posteriormente en el Parlamento Europeo en Bruselas durante el mes de mayo. Finalmente, se exhibirá ante las Naciones Unidas en una fecha aún por confirmar. Con estas acciones, los directores Néstor López y Carlos Valle Casas buscan denunciar el silencio que persiste en los países occidentales frente a este conflicto.
En el siguiente enlace está disponible la entrevista que realizamos al director Néstor López en Inèdit.
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