Durante los últimos meses de 2019 en que la urgencia climática protagonizó los titulares de la prensa, así como los recientes sucesos en Australia junto con el deshielo que llevan desde hace años experimentando los dos polos, se acumulan sucesos que hacen necesaria una solución a esta problemática, y una que se pueda poner en marcha de forma inmediata. La educación es uno de los pilares de nuestra sociedad, porque a través de ella se pueden inculcar valores y prácticas que favorezcan un estilo de vida equilibrado y sostenible; no obstante, como en muchos otros aspectos, la educación medioambiental no es uno de nuestros puntos fuertes, de modo que los docentes deben formarse al respecto y las administraciones deben crear contenidos para facilitar la educación medioambiental de forma diaria en las aulas.

La educación medioambiental no es uno de nuestros puntos fuertes, los docentes necesitan formación y nuevos recursos de aprendizaje

Así pues, siendo conscientes de la importancia de esta educación, en Japón ya existen iniciativas en marcha que promueven la educación ambiental en sus aulas, a fin de concienciar y educar al alumnado en prácticas sostenibles y favorables para el planeta. 

Por medio de Forest Life la ciudad de Shimokawa (Japón) educa a su población en el cuidado y la protección de los bosques, ya que se los considera un recurso importante para generar ingresos mediante la producción de energía para las industrias y la región colindante. Por tanto, se intenta atraer a las personas para que se muden allí, y así proteger estos importantes recursos forestales. 

 En Japón se educa para proteger los bosques con un modelo educativo sobre medio ambiente y forestación 

De hecho, tienen en marcha un programa integral de educación sobre el medio ambiente forestal dirigido a niños desde Preescolar hasta Secundaria en un periodo de 15 años. Comenzaron a dar los primeros pasos hacia este modelo de educación en 2006, probando con pequeños programas sobre forestación dirigidos al alumnado de Primaria, Secundaria y Bachillerato; más tarde, en 2009 establecieron definitivamente un modelo educativo sobre medio ambiente y forestación. 

Objetivos de la educación forestal

La educación medioambiental forestal de Shimokawa tiene como objetivos ayudar a los niños a madurar personalmente por medio del aprendizaje en un entorno natural familiar, a convertirse en personas que puedan pensar en el medio ambiente por su cuenta y tomar medidas para protegerlo, y a comprender las industrias regionales basadas en los bosques.

Los programas sobre educación medioambiental que se aplican en estas escuelas se organizan y funcionan con base en el programa Learning About Forests (LEAF), un programa de educación sobre el medio ambiente forestal que se originó en el norte de Europa. LEAF ahora opera en 26 países. Su objetivo es que los niños tomen conciencia de los bosques y aprendan que juegan un papel clave para que la vida de las personas sea sostenible. Bajo la filosofía «Pregunta inteligente, buena decisión», el programa consiste en sesiones participativas centradas en actividades y adopta un enfoque práctico para informar a los participantes sobre las funciones culturales, ecológicas, económicas y sociales que los bosques cumplen para que puedan aprender sobre ellos desde varios puntos de vista. 

Contenidos y metodología  

Forest Life basa su metodología en 6 pasos fundamentales, los cuales se corresponden con diferentes etapas educativas, para adquirir con éxito una educación medioambiental.

Paso 1: disfrutar jugando al aire libre (infantil). En esta etapa se plantean actividades dirigidas a incentivar al alumnado a observar las plantas y flores que hay a su alrededor, a aprender sus nombres, a degustar las hojas comestibles y a probar la savia de los árboles, a encontrar criaturas, a cosechar bellotas y a disfrutar de la nieve buscando rastros de animales. 

Paso 2: experimentar y aprender sobre la naturaleza (primer ciclo de primaria). En esta etapa para cada curso se plantean distintas actividades. En el caso del alumnado de primer grado, las actividades van orientadas a ayudarles a encontrar su árbol favorito y a cultivar un sentido de apego a la naturaleza en el área local por medio de la artesanía utilizando elementos naturales como recurso. En el caso de los estudiantes de segundo grado, elaboran su propia guía de árboles, una actividad que tiene como objetivo concienciar sobre la diversidad de especies arbóreas y aumentar el interés y el respeto por los bosques. 

Paso 3: comprender los mecanismos ambientales (segundo ciclo de primaria). En esta etapa el alumnado de tercer grado estudia los mecanismos de funcionamiento de los bosques, y aprende sobre los roles interactivos de los insectos, animales, hongos y árboles. Las actividades de cuarto grado están orientadas al aprendizaje del desarrollo forestal mediante la siembra de árboles, el reciclaje y la gestión forestal, y también mediante la participación del alumnado en el festival de plantación de árboles de Shimokawa.

Paso 4: comprender la interacción entre los humanos y la naturaleza (tercer ciclo de primaria). En esta etapa los estudiantes de quinto grado aprenden a utilizar materiales de madera gracias a talleres prácticos, y aprenden, mediante la realización de una encuesta sobre los bosques, la tala de árboles y la visita a fábricas e instalaciones que utilizan madera proveniente de la tala de bosques, sobre la interacción entre los humanos y la naturaleza. En el caso del alumnado de sexto grado, realizan actividades orientadas a valorar el uso de la madera en la vida diaria, y tienen como objetivos aprender más detalles sobre las especies de árboles y los materiales de madera, y aumentar el interés por los productos de madera al hacer que los estudiantes fabriquen sus propios palillos para comer. 

Paso 5: emitir juicios individuales sobre cuestiones ambientales (secundaria). Tras la educación medioambiental básica en esta segunda etapa del programa se profundiza más en la importancia de los bosques. Así pues, los estudiantes del primer grado disponen de actividades y temario orientados a comprender la historia y los métodos de fabricación de carbón, y a reconocer la relación entre ellos y el entorno natural de Shimokawa, una ciudad modelo ambiental, además de capacitarles para la toma de decisiones mediante una experiencia de fabricación de carbón. En el caso de las sesiones de educación ambiental del segundo grado, el alumnado aprende varios tipos de trabajo forestal realizados en Shimokawa, y conoce sus futuras carreras mediante sesiones informativas y experiencias laborales. En el tercer grado, los estudiantes conocen más sobre los aspectos ambientales, industriales e históricos positivos de su ciudad al investigar cómo se utilizan los recursos forestales en Shimokawa, y toman conciencia de cómo la ciudad necesita mejorar desde un punto de vista objetivo.

Paso 6: ser responsable del futuro (bachillerato). En esta última etapa el temario de educación medioambiental pone el foco en la necesidad de trabajar desde ahora en pro de un futuro más sostenible, y por eso los estudiantes de primer grado realizan un programa de intercambio con otra escuela, a fin de conocer otros bosques, mientras que el alumnado de segundo grado estudia el valor económico de los bosques. En el caso del tercer grado, los alumnos hacen su contribución participando activamente en el Festival de Plantación de Árboles de Shimokawa. 

Shimokawa se considera un modelo para el desarrollo de un municipio sostenible, ya que utiliza los bosques, que cubren más del 90 % de su área, de manera sostenible para vitalizar la industria y lograr la autosuficiencia energética. Para conseguir esto, Shimokawa lleva más de una década haciendo esfuerzos constantes para educar en el medio ambiente a la población y para desarrollar los recursos humanos necesarios, y lo hace a través de la educación, implantando un sistema que incluye la perspectiva sostenible en todas sus etapas, un sistema educativo que debería servir como modelo a seguir por el resto de instituciones educativas de nuestro planeta.

Más información:

Shimokawa Town the Sustainable Development Goals (SDGs) Report