¿Qué lleva a los jóvenes a dejar de estudiar en secundaria?
familia y docentes, claves en la vinculación escolar de los adolescentes
El abandono escolar temprano es uno de los mayores retos educativos de las sociedades modernas. Año tras año vemos como la cifra de este abandono se incrementa entre los más jóvenes. De hecho, según datos oficiales publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en España el 13,9% no completa la segunda etapa de educación secundaria, siendo así uno de los países de la OCD con mayor tasa de repetición y fracaso escolar.
La OCD propone a España eliminar el horario intensivo para reducir el fracaso escolar
Ante la llamada de atención de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)a España por estas estadísticas alarmantes, el Ministerio de Educación se ha propuesto poner remedio a la situación; en junio presentó un total de 44 propuestas enmarcadas dentro de un plan de acción elaborado en colaboración con la OCDE y la Comisión Europea, que incluye medidas como desarrollar un "índice de vulnerabilidad escolar" a nivel nacional que pueda usarse para identificar las necesidades de apoyo de cada centro; convertir la repetición en una medida excepcional que solamente se aplique en aquellos casos en los que el claustro del profesorado considere que es necesario; eliminar el horario intensivo para prevenir ese abandono temprano, pues según la OCD hay investigaciones que demuestran que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales, especialmente en el caso del alumnado en situación de vulnerabilidad; o dar mayor relevancia a las aptitudes socioemocionales y al Prácticum en los procesos de selección de docentes, poniendo el foco en el dominio de estrategias de aprendizaje basadas más en las competencias y el saber hacer, que en la memorización de contenidos.
Educación se propone reducir la tasa de abandono escolar temprano 6 puntos porcentuales para 2030
El Ministerio tiene la vista puesta en 2030, año para el que ha establecido como objetivo prioritario reducir esta tasa de fracaso escolar al menos 6 puntos (por debajo del 9%), y para el cual, el informe ‘Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España’ será clave.
Y es que, hay comunidades autónomas en las que la tasa de abandono escolar supera la media nacional; es el caso de Murcia (18,7%), Baleares (18,2%) y Cataluña (16,9%).
Estos datos, cada vez más preocupantes nos llevan a preguntarnos ¿por qué dejan de estudiar estos jóvenes? ¿Qué les lleva a ello? una cuestión a la que Marta Curran Fábregas, doctora en sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) intenta responder en su tesis doctoral, defendida en 2017.
El estudio se ha llevado a cavo en cuatro institutos públicos de la ciudad de Barcelona, analizando la relación de los tres agentes principales (familias, centros educativos y estudiantes) con el proceso de desvinculación.
El perfil de los estudiantes que abandonan los estudios de manera prematura es de chicos, pertenecientes a familias de clase trabajadora precaria, y de origen migrante
Se trata de una de las pocas investigaciones que analiza, mediante las percepciones expresadas del alumnado, cómo los adolescentes se van desvinculando de su proceso educativo hasta terminar abandonando los estudios prematuramente, influenciados por diversos factores. Así, concluye que quienes terminan consumando el abandono generalmente son chicos, pertenecientes a la clase trabajadora precaria, y de origen migrante.
Las dimensiones de la vinculación escolar que explora el estudio son la conductual, la emocional, y la cognitiva.
La familia
La familia es quien nos sostiene durante nuestras primeras etapas de vida. Nos proporciona apoyo, soporte y confianza en el camino. Especialmente, en la adolescencia, una de las etapas más críticas para el ser humano se convierte en imprescindible.
Los adolescentes necesitan que sus padres y madres les pregunten sobre sus avances académicos en el instituto
Al respecto, la actitud de la familia hacia el desarrollo educativo del hijo o hija impacta directamente en su motivación y resultados. Así lo confirma la investigación llevada a cabo por Curran Fábregas, que destaca que la mayoría de los jóvenes dan mucha importancia al seguimiento que hacen sus padres de su evolución a nivel académico, y señalan el acompañamiento y la confianza en ellos y sus capacidades como incentivos a su motivación.
La escuela
El ambiente escolar es también un factor que puede determinar la continuidad, o no, de un alumno en el sistema educativo. De hecho, el porcentaje de repetidores generalmente es mayor en el primer ciclo de secundaria, debido, precisamente, al cambio brusco que supone para los alumnos pasar de primaria a secundaria; aspectos como el nivel de exigencia, el tener que hacer nuevas amistades y el adaptarse a un nuevo centro puede afectar su rendimiento académico.
Los alumnos que repiten curso sienten que los profesores ya no les hacen caso
Y es que, en el caso del alumnado que repite también destaca como elementos influenciadores el hecho de cambiar de compañeros de clase y la relación con el profesorado; al repetir curso se distancian de sus amistades, bien porque ya no les hablan o bien porque son pocos los momentos que comparten; dejan de formar parte del grupo, y sienten fracaso porque ven cómo los demás van pasando de curso dejándoles atrás. Respecto a la relación con los profesores, perciben que no se les trata de la misma forma, que se les presta menos atención por ser repetidores, los docentes tienen menores expectativas sobre ellos, se sienten etiquetados negativamente por el profesorado lo que automáticamente les desmotiva, y perciben trato distante que califican de hostil.
Por su parte, el alumnado de los grupos adaptados se siente estigmatizado por parte del resto de estudiantes y en algunos casos también por parte del profesorado: generalmente se les califica de ‘tontos’, y algunos sienten que el estar tantas horas fuera del aula ordinaria hace que se cree una barrera que separa ambos grupos.
La falta de apoyo por parte del profesorado impacta negativamente en la motivación del estudiante y repercute en su desarrollo académico
Sentir falta de apoyo por los docentes puede tener un efecto negativo en la motivación de estudiar y una repercusión en el desarrollo académico, especialmente en el caso de los niños y niñas pertenecientes a la clase trabajadora precaria, ya que están en una situación de mayor desventaja que el resto. Muchos de ellos cuentan que ni lo intentan porque no le ven sentido, pues siempre serán ‘el o la lianta de la clase’.
Así, los adolescentes consideran que el docente tiene que ser una persona “cercana, comprensiva, paciente, que sepa llamar la atención, que le guste enseñar, que sepa explicar, de buen trato, exigente pero divertida, que no juzgue sin conocer, atenta con las personas con dificultades y que no pierda los nervios”.
La intersección clase, género y etnia
El coste emocional de sentir que no se encaja en el instituto, ya sea por motivos de clase, género o etnia, puede ser muy alto y afectar negativamente en los procesos de vinculación escolar.
Los estudiantes con bajo rendimiento se clasifican en 3: las que se sienten incapaces de alcanzar el nivel de la clase por mucho que se esfuercen, los que se autodefinen como vagos, y los que han tirado la toalla
De hecho, entre los estudiantes se detectan tres autopercepciones de su rendimiento académico: por un lado, están aquellas que consideran que no son capaces y que por mucho que se esfuercen no llegarán al nivel. Generalmente se trata de chicas que no destacan en el aula ni por sus notas ni por su popularidad; pertenecen al grupo de ‘las invisibles’, es decir, chicas tímidas y calladas, con falta de confianza en las propias habilidades, que asisten regularmente a clase y hacen los deberes, que se sienten a gusto en el centro y en grupos reducidos, y que tienen dificultades académicas.
En segundo lugar, están los que consideran que son vagos, pertenecientes al grupo de «los infantiles». La mayoría son chicos, con poca motivación y voluntad para estudiar, que bromean constantemente en el aula, que se distraen con facilidad, que no hacen los deberes ni estudian, y que no cumplen con la masculinidad hegemónica.
Finalmente, está el grupo de «los que han tirado la toalla», que presenta una resistencia pasiva. Ambos géneros (chicos y chicas) están representados por igual en esta categoría y cumplen con las masculinidades y feminidades hegemónicas. Consideran que ya no vale la pena estudiar, que no están aprendiendo nada; no le ven sentido a continuar estudiando, aunque son conscientes de su importancia, están completamente desvinculados de la educación y no soportan el instituto, asisten con muy poca frecuencia, tienen mala relación con muchos docentes, sienten que su cabeza está en otro sitio, y se perciben como más maduros que el resto.
Si bien los factores individuales, familiares y escolares pueden ser los de mayor impacto en la trayectoria educativa y académica de una persona, también hay otros factores de la vida que pueden decantar la balanza hacia el fracaso escolar si no se cuenta con el acompañamiento y apoyo necesarios. Algunos de ellos son: los sucesos biográficos como divorcios, muerte de familiares, o desahucios; los problemas de salud mental o física; haber experimentado una trayectoria migratoria en plena adolescencia; o los trastornos de conducta alimentaria.
Fuentes:
Fábregas, M. C. (2017). ¿ Qué lleva a los jóvenes a dejar los estudios? (Doctoral dissertation, Universitat Autònoma de Barcelona). https://ddd.uab.cat/record/186877
Ministerio de Educación y Formación Profesional (2023). Informe 2022 sobre el estado del sistema educativo. Consejo Escolar del Estado. http://ntic.educacion.es/cee/informe2022/i22cee-informe.pdfhttp://ntic.educacion.es/cee/informe2022/i22cee-informe.pdf
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