La falta de conciencia y comprensión pone en riesgo la vida de niños alérgicos en las aulas
Dos de cada diez niños sufren acoso por su alergia
Cada vez más nos encontramos frente a un crecimiento preocupante en la prevalencia de alergias en la población infantil. Según un reciente estudio publicado en la revista Archivos de Bronconeumología, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), alrededor del 11,4 % de los niños españoles padecen alguna forma de alergia, un porcentaje que equivale a 795 000 niños y niñas.
Las alergias a los lácteos, los frutos secos y los mariscos son las más frecuentes en la zona mediterránea
Otros estudios alertan del aumento de las alergias estacionales entre esta población, afectando hasta un 10 % de los niños entre 6 y 7 años, y llegando a alcanzar el 20 % en menores de 13 años. Los expertos indican que en nuestro país los principales desencadenantes de estas alergias son los ácaros, los pólenes (especialmente la gramínea) y la alternaria, un tipo de hongo. Por lo que se refiere a la alergia alimentaria, en niños son muy frecuentes las reacciones alérgicas a los huevos y la leche de vaca, especialmente los primeros años de vida. A medida que se hacen mayores, hay quienes pueden desarrollar alergias a las frutas, los frutos secos o los mariscos y pescados.
Vivir con una alergia tiene un impacto en la calidad de vida y la salud mental de los niños y sus familias, puesto que implica no solo garantizar que todo espacio y actividad en la que vaya a estar y participar el niño o niña sea una zona libre de alérgenos, sino también renunciar, a menudo, a asistir a cumpleaños, fiestas, colonias y demás actividades sociales que puedan suponer un riesgo para el menor.
Así pues, para estos menores que se enfrentan a desafíos de salud el entorno escolar puede ser un campo minado. La preocupación por su seguridad y bienestar nos exige repensar la convivencia escolar, de forma que el espacio y lo que en él se haga sea un entorno seguro e inclusivo. Pero ¿cuáles son los desafíos exactos que afrontan estos niños y cómo podemos abordarlos desde la escuela?
Falta conciencia y comprensión sobre las alergias
Uno de los mayores desafíos es la falta de conciencia y comprensión sobre las alergias en general. Muchas veces, los síntomas de una reacción alérgica pueden confundirse con otros problemas de salud o simplemente pasarse por alto. Es esencial que tanto el personal escolar como los compañeros de clase estén educados sobre cómo reconocer y responder ante una emergencia alérgica.
La falta de protocolos claros y prácticos también es un problema común en muchas escuelas. Si bien existen leyes y regulaciones que protegen los derechos de los niños alérgicos, su implementación a nivel escolar puede ser inconsistente o incluso inexistente. Por ello, una de las reclamaciones de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) es la instauración de un protocolo común de actuación y prevención en alergias en los colegios para garantizar la seguridad de los alumnos con enfermedades alérgicas, asma o inmunodeficiencias primarias (IDP) en todo el entorno escolar, desde el comedor hasta las actividades extracurriculares.
En términos legales, la legislación española garantiza la equidad y no discriminación del alumnado, incluyendo a aquellos con condiciones alérgicas, mediante la Ley de Educación y la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que establecen pautas claras para la adaptación de los centros escolares a las necesidades de los alumnos alérgicos. No obstante, todavía se necesita más compromiso por parte de las autonomías y las escuelas.
Dos de cada diez niños son acosados por ser alérgicos
Otro desafío importante es el acoso escolar. Los niños con alergias alimentarias tienen un mayor riesgo de sufrir acoso en comparación con sus pares no alérgicos; según un estudio publicado en la revista Journal of Pediatric Psychology, dos de cada diez niños acosados indican que su condición de alérgicos es la razón. Las amenazas con alimentos alérgenos y el aislamiento social son solo algunas de las formas en que estos niños pueden ser victimizados, lo que a veces puede llegar a poner su vida en riesgo, provocando una anafilaxia, la reacción más grave que puede experimentar una persona alérgica. Ante este panorama, es fundamental que las escuelas adopten políticas de tolerancia cero hacia el acoso y trabajen activamente para crear un entorno inclusivo y seguro para todos los estudiantes.
Creando espacios libres de alérgenos
La educación y la concienciación son elementos clave para hacer frente a estos desafíos. Los programas de formación para el personal escolar pueden ayudar a aumentar la comprensión sobre las alergias y la importancia de tomar medidas preventivas. Incluso, es recomendable tratar la cuestión en clase con el alumnado, para que pueda comprender el riesgo que corren los compañeros con algún tipo de alergia.
Además, se necesitan políticas y procedimientos claros para tratar las alergias en todas las áreas del entorno escolar. Esto incluye la implementación de protocolos, medidas preventivas como la limpieza adecuada de las áreas de comedor y la identificación de zonas libres de alérgenos, así como la disponibilidad de personal capacitado para responder ante emergencias alérgicas.
Garantizar la seguridad y el bienestar de los niños con alergias en la escuela requiere un esfuerzo conjunto y continuo por parte de las escuelas, las familias y la comunidad en general. Solo trabajando juntos podemos crear entornos escolares que sean verdaderamente seguros, inclusivos y acogedores para todos los niños y niñas, independientemente de sus necesidades.
Fuentes:
https://diariofarma.com/2023/04/14/alergias-en-ninos-cada-vez-mas-y-en-edades-mas-tempranas
https://www.uhu.es/26edce/actas/docs/comunicaciones/orales/pdf/019.2-Echevarria-Ugarte.pdf
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/27_autocuidados_alergia.pdf
https://www.aepnaa.org/ver/informacion
https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/2592/ferrer%20calvo.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Sin Comentarios