Inicio Salud y psicología ¿Cómo convertirse en una persona talentosa?

¿Cómo convertirse en una persona talentosa?

Claves para adquirir el talento

A menudo, cuando hablamos de talento de forma inconsciente solemos pensar que se trata de un don con el que se nace y que solo unos cuantos tienen, no obstante, si nos remitimos a las definiciones existentes sobre éste talento, vemos que no es así. 

La RAE en su primera acepción define talento como inteligencia, entendida ésta como ‘la capacidad de entender’, y en su segunda acepción como aptitud,  que define como ‘la capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación’.  

En su origen, talento es una palabra que proviene del griego, talanton, y que en la antigua Grecia hacía referencia a una unidad monetaria, equivalente a 26 kilogramos de plata. Era la unidad monetaria más alta de los griegos, con un valor de 6,000 dracmas (una cantidad increíblemente grande si se compara con un salario promedio de la época, que consistía en 1 dracma).

talento es una palabra que proviene del griego, talanton, y que en la antigua Grecia hacía referencia a la unidad monetaria más alta de los griegos, equivalente a 26 kilogramos de plata.

 

El gran valor que encierra éste concepto se refleja hoy día en el significado de la palabra talento. Ser talentoso se refiere a tener gran riqueza, en éste caso en lo que habilidades se refiere, por tanto, ¿hay alguna forma de adquirir el talento? La respuesta a ésta pregunta es afirmativa; sí que hay una forma pero depende mucho de la propia voluntad.

Teniendo en cuenta las anteriores definiciones, vemos que el talento es una característica de gran valor ligada a la inteligencia y a las aptitudes. Varios autores como Pilar Jericó lo definen como ‘la característica de aquellas personas cuyas capacidades se encuentran comprometidas a hacer cosas que mejoren los resultados de la organización’, y define al profesional con talento como ‘un profesional comprometido que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en su entorno y organización’. De hecho, Jericó hace especial énfasis en que ‘la diferencia en el desarrollo y aplicación del talento por parte de los profesionales no se ubica en la cantidad y el volumen de conocimientos sino en la capacidad de aprender y desaprender lo conocido’. 

Si con el talento se nace o se adquiere es un debate que aún permanece abierto, no obstante, hay estudios que demuestran que con tener talento no es suficiente, para adquirir el éxito es también necesario mucha dedicación y esfuerzo. 

El psicólogo K Anders Ericsson (profesor en la Universidad de Estocolmo y de la Universidad de Florida), se centró, junto con otros colegas, en el estudio de las trayectorias de los componentes de la Academia de Música de Berlín. Su objetivo era identificar los factores o elementos que configuraban el éxito en las carreras y trayectorias profesionales. Su premisa era identificar y comprobar la ecuación en la que se plasma el éxito, que éste se produce de la conjunción entre talento y dedicación (práctica y experiencia). Tras su análisis llegó a la solución que las personas con mayor proyección y éxito son aquellas que trabajan más, es decir, que el talento existe como capacidad innata, pero que el factor fundamental es el trabajo y la práctica intensa. Concluyó, además, que para ser un profesional excelente, de reconocido prestigio, era necesario dedicar un umbral de tiempo de dedicación traducido en 10000 horas de prácticas

Anders Ericsson concluyó en su estudio que las personas con mayor proyección y éxito son aquellas que trabajan más.

 

Así pues, si bien el talento puede deberse a capacidades innatas, sin esfuerzo y dedicación es imposible obtener resultados exitosos. De ésta afirmación también podemos interpretar que dedicar todos nuestros esfuerzos para alcanzar un objetivo puede darnos también el mismo resultado exitoso, sin necesidad del talento. Si nos apoyamos en ésta última interpretación seguramente os estaréis preguntando ¿entonces, qué sentido tiene tener talento?

Podemos hablar del talento como el sistema del que disponemos para afrontar nuestra existencia, es la herramienta que tenemos para hacer frente a todo lo que se nos presenta en la vida, ya que el talento es una capacidad que nos ayuda a hacer una gestión efectiva de los problemas, las emociones y las decisiones. 

Anteriormente comentábamos que según algunos investigadores el talento es innato, no obstante, hay estudios que demuestran lo contrario, es decir, que se puede adquirir, y justamente por eso en un momento u otro las personas acabamos adquiriendo algo de talento. 

En su obra Las claves del talento, Dan Coyle (2009) Considera que el talento es ‘la posesión de habilidades repetibles que no dependen del tamaño físico’. Además, basa su análisis en los últimos resultados y descubrimientos vinculados a la mielina, que es un aislador neuronal. 

Las habilidades no son más que impulsos eléctricos que circulan a través de un determinado circuito neuronal. La mielina rodea estas conexiones (sinapsis), de tal forma que aísla a los elementos conductores de los impulsos eléctricos. Cuanto más aislada se encuentra esta conexión, la corriente será más fuerte y rápida, y cuanto mayor sea el envoltorio de mielina, mayor será la rapidez y la precisión de nuestro impulso nervioso y, por lo tanto, nuestras habilidades y capacidades. 

Ésta sustancia es importante por varios factores:

  • Es universal, todo el mundo puede cultivarla,aunque influye bastante nuestra edad, pero, siempre se puede potenciar.
  • Es indiscriminada, es decir, todas las habilidades se encuentran ligadas a la existencia de la mielina Por lo tanto, su desarrollo afecta a todo tipo de capacidades. 
  • Es imperceptible. 

El cultivo de la mielina se basa en la práctica intensa. Cuanto mayor sea el grado de experiencia práctica para la adquisición de determinadas habilidades, mayor será el volumen de mielina. Esto está estrechamente ligado con la adquisición y existencia de los hábitos, ya que éstos son prácticas de conducta, acciones que desarrollamos de una manera casi inconsciente, y eso se debe a que son pautas de acción fijadas con mielina, de ahí la dureza y la dificultad del cambio de hábitos.

Cuanto mayor sea el grado de experiencia práctica para la adquisición de determinadas habilidades, mayor será el volumen de mielina.

Los hábitos son pautas de acción fijadas con mielina.

 

Con los hábitos no se nace, sino que se trabajan o adquieren, así que si logramos fijar con mielina buenos hábitos que potencian nuestras capacidades, entonces habremos adquirido talento, independientemente de si poseemos talento innato o no.

Así pues, si uno de nuestros objetivos es adquirir o potenciar nuestro talento, José Antonio Marina, en su obra La educación del talento (2010) nos plantea una serie de recursos dirigidos a la educación de los niños, que también pueden ser aplicables a las personas adultas, a través de los cuales podemos potenciar nuestro talento. Estos son:

  • Una idea del mundo veraz, rica, amplia y llena de posibilidades. 
  • Un pensamiento fluido, riguroso, creativo y capaz de resolver problemas.
  • Un tono vital activo, seguro de sí mismo, optimista y resistente.
  • Aprendizaje de la libertad; que supone la construcción de la voluntad, la responsabilidad personal, la formación de la conciencia moral y de las virtudes de acción.
  • El lenguaje, La comunicación con nosotros mismos y con los demás. Comprender y saber expresar.
  • La sociabilidad, los sentimientos sociales, las actividades profesionales, la búsqueda de la justicia.
  •  

    Para concluir, cabe destacar que el talento solo no es suficiente para llegar al éxito, pues como bien dice Daniel Goleman (psicólogo estadounidense y autor del bestseller Inteligencia emocional), ’Es la combinación entre el talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso lo que nos conduce al éxito’. 

     

     

     

    Fuente: 

    http://www.injuve.es/sites/default/files/guia_jovenes_talento_perfilemprendedor_1.pdf

    Sin Comentarios

    Escribe un comentario

    Tu correo electrónico no se publicará