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Sara Joy Parks: «El mayor desafío al abrir una escuela es hacer que la gente confíe y crea en ti»

El emprendimiento como salida profesional para docentes

En los últimos años el fenómeno emprendedor ha tomado gran relevancia, hasta el punto que es una de las asignaturas incorporadas en el currículo de secundaria. La docencia no es una profesión ajena a este suceso. Frente a los estudiantes universitarios de antes, que no tenían más alternativas si querían ejercer de profesores que presentarse a oposiciones o buscar una escuela privada, hoy en día se añade a estas opciones la de emprender. Cierto que no es un camino fácil, pero casos de éxito como el de las escuelas de idiomas o la formación online muestran las grandes posibilidades que ofrece el emprendimiento para el profesorado del futuro.

Entrevistamos a Sara Joy Parks, profesora de origen americano que se estableció en Barcelona donde fundó la escuela de inglés Golden Gate en 2010. En ella emplea métodos dinámicos y atractivos para que los estudiantes aprendan el idioma de una manera divertida y diferente. La escuela cuenta actualmente con dos centros en el distrito de Poblenou de la ciudad condal.

Pregunta: ¿Por qué te apasiona enseñar?

Respuesta: Mi pasión es enseñar. Para mí la educación no se reduce a enseñar un idioma y ya está, no es solo venir a la escuela y estar aquí una hora. Muchos de los niños vienen de familias y entornos difíciles. Generalmente tienen dificultades para aprender porque no creen en ellos mismos, así que yo quiero ser la persona que crea en ellos. Por ejemplo, tuvimos una estudiante que tenía una relación complicada con sus padres y tampoco era buena estudiante en la escuela. Se rindió y renunció a su vida académica convenciéndose de que no podía aprender nada. Nosotras decidimos hablar con ella, conseguimos animarla y la pudimos ver de nuevo ilusionada con la vida. Para mí, eso es la educación. De hecho, todos tenemos un maestro al que recordamos siempre, un maestro que realmente estuvo ahí para nosotros. Ese tipo de maestra es la que quiero ser, la profesora que inspira a otros a aprender una materia. Es posible que nunca vuelva a hablar con determinada persona, pero habré dejado una huella profunda en ella. Eso es para mí la enseñanza. No estoy solamente enseñando inglés, estoy cambiando el futuro de estos niños.

«No estoy solamente enseñando inglés, estoy cambiando el futuro de estos niños»

P.: ¿Cuándo te diste cuenta de que era el momento de emprender?

R.: Estaba haciendo un programa de intercambio de profesores, pero el programa solo tenía clases de octubre a mayo, por lo que de junio a septiembre me quedaba sin paga. Lo combinaba dando clases privadas porque era difícil para mí vivir aquí durante el verano. De repente me hice muy popular porque la gente disfrutaba mucho de mis clases; fue entonces cuando uno de mis hermanos me sugirió abrir mi propia academia. Le hice caso, y así fue como abrí el primer Golden Gate en Toledo.

En Toledo tenía clientes fijos y fue relativamente fácil empezar porque la gente me conocía, pero cuando me mudé a Barcelona y abrí de nuevo la academia lo hice con mucha inseguridad, porque nadie me conocía por entonces. Aun así la abrimos el 23 de junio para los campamentos de verano. Empezamos teniendo 10 niños, y daba las clases con ayuda de mis hermanos, que vinieron aquí conmigo porque en aquel momento no podía permitirme pagarle un sueldo fijo a nadie. Por lo tanto, al principio era solo yo la encargada de todo, pero luego cuando pude contraté una profesora más y una secretaria para que me sirvieran de apoyo.

P.: ¿Cuáles son los primeros pasos para iniciar un negocio?

R.: Cuando empecé mi negocio, mi familia me dijo que tenía que tener fondos por lo menos para tres años, porque durante los primeros años hay que darse a conocer y ganar clientes, y todo el dinero que se pueda sacar debería ser para invertir en el negocio. Así lo hice, de hecho, ni siquiera me pagaba a mí misma como maestra durante esos tres primeros años; pero yo contaba con apoyo, por suerte tenía a mi marido que se hacía cargo de los gastos de la casa.

P.: ¿Cuáles son los mayores desafíos al abrir una escuela?

R.: El mayor desafío al abrir una escuela es hacer que la gente confíe y crea en ti, porque puedes salir y decir lo que quieras sobre tu academia, pero siempre vas a necesitar gente que lo valide. El boca a boca es lo mejor para promocionar una escuela. He enviado muchos folletos, pero para mí el boca a boca es más efectivo porque son personas que creen en nosotros y dicen cosas buenas sobre nuestra academia. En realidad, elegir un edificio, decorarlo y ese tipo de cosas no son tan difíciles. Lo verdaderamente difícil es compartir tu visión y lograr que la gente crea en esa visión.

«El mayor desafío al abrir una escuela es hacer que la gente confíe y crea en ti»

P.: ¿Tenías conocimientos de administración, contabilidad y gestión de personas antes de emprender?

R.: No. De hecho, en mi primer campamento, en el que mi hermano y mi hermana me ayudaron, al terminar me dijeron que yo era una líder pésima. Necesitaba aprender cómo hacerlo bien porque no quería ser así. Empecé a conocer gente y a buscar recursos sobre cómo liderar personas, porque no es lo mismo liderar estudiantes que liderar trabajadores. Sobre todo, empecé a investigar cómo podía inspirar a mis trabajadores a ser buenos maestros.

Sobre las cuestiones administrativas, traté de obtener consejos sobre cómo hacer las cosas, conseguir información de gente experimentada. Detestaba los trámites administrativos pero es necesario aprenderlos y hacer esas cosas si quieres tener tu propio negocio. También aprendí a hablar mejor con los maestros, padres y estudiantes; a lidiar con los problemas administrativos y financieros.

En cuanto a la contabilidad, hay que tener mucho cuidado con eso, hay que asegurarse de que se está cobrando correctamente y hay que saber los porcentajes. Debes tener en cuenta que no es solo tu sustento, sino el de los demás también.

P.: ¿Qué consejo le darías a un profesor que está pensando en emprender?

R.: Debe pensar cuánto le costará el mantenimiento de todo y cuánto recibirá por eso. Mi esposo y yo somos empresarios. Yo tengo mi academia y él tiene su bufete de abogados. Muchas personas acuden a nosotros con ideas para asesorarse y yo siempre les pregunto: «¿cuánto costará la hora?». Y la gente no tiene ni idea. No puedes simplemente tener la idea y decir «voy a cambiar el mundo» y no tener en cuenta cuánto cuesta el edificio o las facturas. ¿Cuántos estudiantes necesitas para pagar la electricidad o el salario de tu maestro? Hay que pensar en la Seguridad Social, en los suministros, en el agua, en los productos de limpieza, y no solo en las cosas grandes, sino en todo. Tienes que tener todo claro antes de montar tu empresa porque, de lo contrario, te vas a estrellar. Puedes tener un gran producto, pero necesitas poder mantenerlo. He visto tantas empresas que comienzan y cierran… Cada dos días se inicia un negocio y tres meses después se cierra. Es difícil darse cuenta de esas cosas cuando eres novato, pero tienes que investigar otras academias, el salario correcto y probar tu producto.

«No puedes simplemente tener la idea y decir “voy a cambiar el mundo” y no tener en cuenta cuánto cuesta el edificio o las facturas. Puedes terner un gran producto, pero necesitas poder mantenerlo»

P.: ¿Cambiarías algo si tuvieras que volver a empezar?

R.: Probablemente trabajaría más en desarrollar mi liderazgo. Algunas ideas de cuando empecé no funcionaban y tuve que cambiarlas. Pero creo que aprendes con cada error y simplemente retrocedes y piensas en la integridad de tu trabajo.

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